Ojocaliente. La necesidad de alimentar a sus hijos al quedar viuda obligó a Modesta Lucano a luchar hasta que consiguió sacarlos adelante, y ahora se siente orgullosa porque logró hacer de ellos hombres de bien.
La mujer, de 65 años, originaria de Tonalá, Jalisco, pero que vive en Ojocaliente desde hace más de 30 años, expuso que se casó muy chica; su esposo, Federico González, era ingeniero agrónomo, radicaron en varios lugares, hasta que finalmente se quedaron en Zacatecas, donde compraron un pequeño rancho.
Doña Modesta Lucano fue alfarera de niña, siempre supo trabajar; sin embargo, cuando murió su marido, se quedó sin nada; recordó que no tenía ni para comer, fue gracias a la amistad que tenía con una de las personas “más acomodadas” del pueblo que salió adelante, pues le pidió prestados 500 pesos, con los que compró moños para el cabello.
“Aunque me fue muy bien, me salía muy caro ir a Tonalá a surtirme, pues, además, no era sólo yo, sino el pasaje de mis hijos”, narró; es por ello que desdobló un moño, luego aprendió cómo hacerlos y siguió con su negocio, pero sin descuidar la agricultura, ya que cosechaba hortalizas, principalmente.
Todo marchaba bien, hasta que los moños dejaron de venderse, por lo que empezó a confeccionar vestidos de Niño Dios, “con lo que me fue bastante bien, y luego algunos disfraces para la pastorela del 12 de diciembre, en que se venera a la Virgen de Guadalupe, para el Día de Muertos, para el 20 de noviembre y otras fechas importantes.
El rancho que compró su esposo a las afueras de Ojocaliente sigue produciendo, a pesar de que se secó el pozo con el que se regaban los cultivos; “había unos viñedos muy grandes, pero ya no pude sacarlos adelante, el campo es muy duro, y yo ya no tengo recursos para perforar otro pozo”, comentó Modesta Lucano,
Aunque siembra hierbas aromáticas, calabazas y chayotes, que también ofrece en su local, ubicado a unos cuantos metros de la presidencia municipal de Ojocaliente, “con eso me ayudo mucho, hay días en que con lo que aquí vendo, me da para comprar carne, por ejemplo”, expresó.
La mujer dijo que lo más gratificante después de que quedó viuda es que logró sacar adelante a sus hijos y hacerlos hombres de bien, y que, además, se siente útil; “yo no quiero que mis hijos me mantengan, tal vez más adelante, pero ahora todavía puedo hacerlo”, externó.