Fresnillo.- Teresa García Gómez, de 44 años, con domicilio en José María Morelos, Río Grande, acudió a la Subprocuraduría Regional de Justicia para reconocer los cuerpos de las personas muertas en la balacera en el rancho La Paloma, de Juan Aldama.
Devastada, la mujer pedía el apoyo de los agentes de la Policía Ministerial del Estado (PME), que en ese momento estaban en guardia.
Los ministeriales le preguntaron a García Gómez cuáles eran las características físicas de su hijo, y ella contestó que tenía dos tatuajes, uno en la espalda con la leyenda Segovia y otro en el brazo derecho que decía Zacatecas.
Los efectivos estatales la llevaron hacia las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo), donde le mostraron algunas fotografías, así como los cinco cuerpos que quedan por reconocer.
Luego de eso, Teresa ubicó uno de los cadáveres como el de su hijo, quien en vida respondía al nombre de Ricardo Segovia García, de 27 años.
Después de realizar el trámite correspondiente, se le entregaron los restos de su hijo, para que le dieran sepultura en su tierra natal.