Zacatecas.- Conoce a la perfección las vías del ferrocarril y ha pasado la mayoría de su vida conduciendo un tren; Gabriel Hernández Ortega, decidió trabajar en este transporte desde que su padre fue ayudante de caminos y siempre quiso que su hijo fuera maquinista.
Gabriel, contó que su llegada a los ferrocarriles fue circunstancial, una vez que terminó el bachillerato comenzó desde cero y trabajo reparando locomotoras.
Desde hace 38 años es maquinista de caminos y a sus 56 años relató que para él, ser ferrocarrilero representa todo en su vida.
“Es lo máximo que he logrado hacer”, aseguró tras destacar que desde que subió a una máquina, supo que manejarla era su destino.
Originario de Aguascalientes, comentó –mientras se encontraba en el asiento desde donde conduce – que lo que más disfruta son los trayectos; éstos llenan de satisfacción su vida, aseguró Gabriel.
Su trabajo lo ha llevado a conocer casi todo el país, pero los lugares que le han quedado grabados –aseguró- son Xalapa, Monclova, Tlaxcala y Zacatecas.
Gabriel tiene dos hijos y ninguno de ellos quiere seguir sus pasos, pues para ambos este trabajo es muy demandante y casi no le queda tiempo para realizar otra actividad.
Orgulloso, destacó que sus hijos son profesionistas y que gracias a su labor y dedicación ha podido sacar adelante a su familia.
El trabajo tiene de todo –resaltó- ha tenido gratas experiencias y otras lamentables, éstas por las personas “necias” que se empeñan en ganarle el paso al tren.
A pesar de que su vida transcurre en los vagones, cargas y vías, pues en él come y duerme, Gabriel aseguró que “si volviera a nacer, trabajaría en lo mismo de nuevo”.