Zacatecas.- Los psicólogos están inmersos en un círculo de atención no vicioso que debe practicarse por salud mental pues necesitan de alguien para canalizar las emociones que sus pacientes les externan, aseguró Gabriela Ramírez Jiménez, docente investigador del Centro de Intervención y Servicios Psicológicos de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Especificó que los psicólogos poseen herramientas para evaluar y diagnosticar los problemas de los pacientes, los ayudan a entenderse a sí mismos y los aconsejan para prevenir problemas futuros; sin embargo, como individuos, los especialistas también necesitan algún tipo de atención para no asumir como propios los problemas de los pacientes.
Expuso que cada psicólogo debe buscar, en función de sus necesidades e intereses, a la persona más adecuada para su propia atención.
Destacó que si los especialistas no se tratan, llegaría un momento en el que el estado de activación sería psicofisiológico, lo que terminaría por agotar al terapeuta; esto se convierte en estrés y se reaccionaría de una manera malhumorada e irritable, además de que presentaría momentos de tensión.
Mencionó que la atención y tratamiento de los psicólogos es algo más complejo porque se trabaja con la salud mental de los individuos, con su parte más interna, subrayó.
Comentó que hay un mito en el que se ha dicho durante mucho tiempo: “el que estudió psicología, es porque necesita ayuda psicológica”; sin embargo, aclaró que no es así, que es como cualquier otra carrera, pero que implica un mayor grado de responsabilidad al tratar la esencia de las personas.
Recordó que los psicólogos son una barrera de contención que interceptan los problemas emocionales, mentales o complicados de la vida que atraviesan los individuos.
Ramírez Jiménez manifestó que conforme ha pasado el tiempo se ha vuelto más común que las personas acudan a terapia; en 2014 recibieron atención psicológica 2 mil personas a la Clínica de la UAZ.
Debes buscar ayuda cuando sientas:
– Sentimientos de tristeza, vacío, depresión
– Ideas de menosprecio e incapacidad de afrontar los problemas
– Apatía o irritabilidad
– Dificultades en la concentración
– Problemas familiares o de pareja
– Conflictos con los niños en su desempeño escolar