Jerez.- Con un sinnúmero de muestras de cariño fue despedido el presbítero Rosalío Roberto Ramírez González, mejor conocido como el padre Chalío, quien falleció la noche del martes.
Luego de una ardua batalla a consecuencia de un tumor cerebral, algunos de sus familiares confirmaron su deceso alrededor de las 23 horas del martes; sus restos fueron trasladados al Santuario de la Virgen de la Soledad, donde fueron velados.
Grupos religiosos, bandas de guerra y fieles de la Iglesia Católica se hicieron presentes para acompañar a los familiares del Padre Chalío.
Durante sus 50 años de sacerdocio, celebrados apenas hace un par de meses, Ramírez González se ganó el respeto y admiración de la grey católica durante los distintos cargos que ocupó mientras estuvo al servicio de la iglesia.
Una muestra clara fueron las decenas de personas que le acompañaron durante el funeral y quienes consternados por la pérdida se acercaban al féretro donde yacía su hábito sacerdotal sobre el ataúd.
Dentro de las encomiendas, destacan su función como juez diocesano del Tribunal Eclesiástico de Zacatecas, asesor diocesano de pastoral juvenil, vicario foráneo de la vicaría de Jerez, capellán del monasterio de las Carmelitas Descalzas, así como párroco del Templo San Francisco en Jerez, y auxiliar en la Secretaría del Obispado en Zacatecas, sólo por citar algunos.
Varias celebraciones eucarísticas, el rezo del rosario y otras acciones religiosas se efectuaron para despedirlo en el Santuario.
Luego fue llevado al Panteón de Dolores, en donde el cuerpo ya era esperado con música de mariachi para darle el último adiós.