Fresnillo.- La pérdida de un bebé antes de su nacimiento es una situación que no sólo afecta a la madre, sino a todos los integrantes de su familia.
Incluso puede llegar a ser un factor de desintegración familiar, pues pone en riesgo la relación de pareja de los padres cuando no existe la atención de un especialista.
Gabriela Contreras Barrios, psicóloga egresada de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), informó que el duelo por la pérdida de un menor que no ha nacido puede llegar a ser muy difícil y más si era el primer hijo.
Precisó que, como cualquier duelo, lo primero que los padres deben hacer es aceptar la situación por la cual pasan, pues de ser así es más fácil y rápido superar la etapa que atraviesan. Además, es importante que como pareja tengan comunicación al respecto y uno a otro se apoyen, dijo.
“Es muy importante que ambos hablen de sus sentimientos, que expresen su dolor y lo mejor es que lo hagan en pareja, ya que es muy común que en ocasiones, por el mismo dolor, alguna de las partes se muestre indiferente y esto no significa que la pérdida del menor no le afecte, sino que es como puede expresarlo, pero esto puede repercutir en su relación de pareja”, añadió.
Contreras Barrios reveló que también es importante que la madre se recupere físicamente, ya que aunque su hijo no tuvo vida, los procesos médicos a los que se somete son similares a los de un parto y por ello requiere de cuidados.
Agregó que es primordial que en caso de que pasen varias semanas y el suceso no se haya superado, es importante que la pareja busque la ayuda de un especialista, y que principalmente la madre acuda a terapia psicológica, pues es quien por lo regular tarda más en asimilar el momento.