Por más de dos décadas, los misioneros del grupo Rougier, han viajado a distintas comunidades del país en condiciones de marginación para brindarles apoyo religioso y social.
Son más de 800 jóvenes de El Mineral de entre 16 y 35 años, los que han participado en estas actividades que realizan durante Semana Santa.
La idea de realizar estas misiones surgió luego de detectar que a las localidades más alejadas de los distintos estados de la República Mexicana es complicado que llegue un sacerdote.
Raúl Santiago Rosales Villalobos, superior general de la Misión Rougier, detalló que este año tendrán que viajar 12 horas para llegar hasta Talpa de Allende, Jalisco, de ahí recorrer tres horas más sobre caminos de terracería para llegar a las comunidades más alejadas de esta zona.
Lugares en los que permanecerán durante 10 días a partir del 19 de marzo, en donde invitarán a los pobladores a vivir el tiempo de Cuaresma y a participar en cada una de las actividades religiosas de Semana Santa.
Actividades que han desarrollado en varios lugares del país, pero en los que han detectado mayor carencia son Oaxaca, Tepic, Chiapas y la Sierra Tarahumara.
Los misioneros deben enfrentarse a varios retos, entre ellos adaptarse a las carencias en las que viven las personas de estos espacios, pasar frío, calor, hambre, cansancio, además de involucrar a los pobladores a participar en las actividades de esta temporada, ya que algunos no lo acostumbran.
Rosales Villalobos explicó que otro de los desafíos es “convencer a los jóvenes misioneros de enamorarse de Jesús para que así decidan acudir a misiones”.
Lo anterior, debido a que tienen que sacrificar sus vacaciones o receso escolar para visitar estas comunidades marginadas.
Este grupo de jóvenes pertenecientes a la Diócesis de Zacatecas y algunos de ellos estudiantes del Colegio Fresnillo, no sólo se han encargado de vivir la liturgia con las personas de localidades alejadas, sino también de brindar beneficios sociales, como rehabilitación de capillas o viviendas, así como entrega de medicamentos, alimentos, ropa, entre otros artículos que adquieren con recursos propios, pues el grupo no recibe apoyo de ninguna dependencia de gobierno ni eclesiástica.