Los mercados y tianguis se han convertido en una parte importante de la vida diaria fresnillense, siendo los de Oriente y Poniente aquellos que han impulsado el comercio así como el desarrollo social.
La construcción de estos edificios inició durante la administración del gobernador Cervantes Corna con la finalidad de crear un lugar en donde los comerciantes pudieran establecerse y prestar sus servicios a las zonas marginadas del municipio.
Al mismo tiempo comenzaron a establecerse algunos comerciantes de localidades en los tianguis circundantes, ofertando variedad en frutas y verduras así como alimentos, prendas de vestir y zapatos.
Una característica peculiar de estos lugares es que colindan con las centrales de autobuses de Fresnillo, las cuales son usadas –principalmente– por fresnillenses quienes se trasladan de comunidades a la cabecera municipal.
A pesar de que ambos mercados han operando constantemente, el Mercado Poniente ha tenido mayor impacto en la población pues en la central de la zona es donde se localiza la mayoría de camiones con ruta rural.
Carlos López Gámez, historiador del municipio, consideró que la fe de los comerciantes le da un gran valor cultural a estos comercios pues cada uno de ellos tiene un pequeño altar dedicado a la virgen de Guadalupe.
Como dato adicional hay que tener en consideración que en estos tianguis y mercados se cuenta con una gran variedad de artesanías locales que son creadas en localidades cercanas.