Zacatecas.- “Aunque parezca que sólo se ve afectado el costo del limón, no lo es así. Este incremento es una reacción en cadena, ya que al aumentar el precio, también se afecta a la industria restaurantera y a los vendedores ambulantes, quienes subirán los precios de sus productos”, aseguró Saúl Robles Soto, docente investigador de la UAZ.
Explicó que al ser un producto de primera necesidad, afecta los bolsillos de la gente que lo compra, pues perturba el equilibro en la microeconomía como tiendas de conveniencia, vendedores ambulantes, la industria restaurantera y la economía de los hogares.
El investigador de la Unidad Académica de Economía de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), agregó que no es que no haya oferta o baja producción, sino que se ha dado un acaparamiento de este producto, en la que sólo unos cuantos “hacen su agosto”.
“Así los mediadores (quienes acaparan la producción) inflan los precios artificialmente a sus necesidades, lo que les genera beneficios monopólicos u oligopólico, es decir, que sólo unos cuantos obtienen y manejan este mercado”, garantizó Robles Soto.
En ese sentido, externó que en esta situación los únicos que salen ganando son los “coyotes”.
Ejemplifico que al inicio, los productores siempre tienen un costo estimado por kilo y al momento de que los intermediarios se los compran al doble de lo presupuestado, lo venden sin pensar que ellos lo pueden ofertar a costos muy elevados y acaparar un mayor número de producción
Robles Soto, aseguró que el único que puede regular esta situación en los mercados, es el gobierno, esto a través de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y de la Comisión Federal de Competencia, organismos que están obligados a regular las prácticas monopólicas y la verificación de los precios.
Añadió que se desde el 21 de abril, la federación puso en marcha la venta de este fruto a través de las distribuidoras Diconsa, en la que se vende este producto más barato, “si está a 40 pesos, el estado lo está vendiendo a 23 pesos”.