Río Grande. Se estima que 60 por ciento de los nuevos fumadores son menores de 18 años, informó en entrevista a NTR medios de comunicación, José Elpidio Yáñez Ibáñez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 4.
Detalló que el consumo de tabaco por adolescente no sólo es el resultado de las influencias psicosociales, como presión por parte de los compañeros o amigos, sino que, de acuerdo con algunas investigaciones, puede haber razones biológicas que afectan a las personas en esta etapa de vida.
Hay algunas pruebas, dijo, de que fumar ocasionalmente puede provocar en algunos adolescentes el desarrollo de la adicción al tabaco; además, los adolescentes parecen ser más sensibles a los efectos de refuerzo de la nicotina combinada con otras sustancias químicas que se encuentran en los cigarrillos, aumentando así su susceptibilidad a volverse adictos al tabaco.
Es un hecho que el hábito de fumar casi siempre se inicia en la adolescencia, la edad promedio de los que comienzan a fumar es de 12 años, de modo que la mayor parte de los adultos que fuman, lo hacían desde los 14.
“Es por ello que todos los esfuerzos destinados a prevenir este hábito deben concentrarse en la adolescencia”, destacó.
Explico que el hábito de fumar trae consecuencias a corto y largo plazo, entre las primeras está la tos, el incremento de las secreciones bronquiales, la disminución de la capacidad respiratoria y del rendimiento atlético, el mal aliento, así como la coloración de los dientes y dedos.
Sobre las consecuencias a largo plazo, las más preocupantes son la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar, que es irreversible, enfermedades cardiovasculares, y, sobre todo, el cáncer de pulmón.
Además, los consumidores adolescentes tienen mayor riesgo de probar la marihuana y otras drogas, aseguró.
Puede decirse que, en general, la juventud está consciente de los riesgos de fumar; sin embargo, lo hacen porque se sienten atraídos, ya sea porque creen que mejoran su imagen social o porque desean proyectar una distinta a la que tienen, de independencia, que les asegure aceptación.
Por ello, Yáñez Ibáñez exhortó a los padres de familia a que se tomen el tiempo y entablen una plática con sus hijos adolescentes en la cual le expliquen los riesgos y consecuencias de fumar, y de esa manera que contribuyan a disminuir el número de jóvenes adictos.