El corrido es un documento histórico que da cuenta, a través del canto y la música, del Zacatecas de otros tiempos, forjado con narrativas de legendarios personajes, pintorescos lugares y singulares hechos que influyeron en la historia del país.
Consciente de su labor de proteger y difundir el patrimonio cultural tangible e intangible, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reconoce la aportación de este género lírico-musical con la reedición del texto El corrido zacatecano (INAH-SEP, 1976), como parte de la colección de fonogramas Testimonio musical de México.
La investigación, hecha hace más de cuatro décadas por el historiador Cuauhtémoc Esparza Sánchez (1926-2013), fue retomada por la Coordinación Nacional de Difusión del INAH y conforma el volumen 61 de la citada serie, cuya edición está integrada por dos libros y seis discos que contienen 33 canciones, entre las que destaca Mañanas de Hidalgo, el corrido más antiguo del que se tiene registro en México y que data de 1811.
Benjamín Muratalla, subdirector de la Fonoteca del INAH, informó que para esta publicación de 1976, además de reeditar la obra original, se incluyó la interpretación de las partituras contenidas en la investigación.
El etnólogo relató que en 2013, un año antes de cumplirse el Centenario de la Toma de Zacatecas, un grupo de etnomusicólogos propuso al INAH la reedición del libro en formato de fonograma, e incluir la grabación de la interpretación de las partituras.
Con la ayuda de un software se reprodujeron las melodías contenidas en las partituras para que se escucharan cómo debían sonar; los investigadores hicieron los arreglos a los textos para ser tocados; no existía la música de la mayoría de las piezas, sólo en papel.
El primer libro contiene el texto original de Esparza Sánchez, que en esta reedición incluye un prólogo del músico y académico zacatecano Luis Díaz Santana. El segundo volumen, además de los seis discos con 33 piezas, cuenta con el aparato crítico: notas, apéndices, índices y repertorio.
Algunos investigadores ubican al corrido como la evolución del romance español con el que los juglares medievales contaban historias de villa en villa. En México, este género se gestó en una sociedad en su mayoría analfabeta, que sólo a través de estas narrativas músico-vocales se enteraba de los acontecimientos más importantes, como una suerte de reportaje informativo al son de la música.
Benjamín Muratalla mencionó que el territorio de Zacatecas, que se intersecta con los estados Durango, Coahuila, Jalisco, Guanajuato y parte de Aguascalientes, conforma una región cultural pródiga en la producción de corridos.
Expresó que los temas están vinculados con acontecimientos históricos, desde batallas enmarcadas en el movimiento revolucionario hasta accidentes graves, como descarrilamientos de trenes, crímenes, catástrofes naturales y antropogénicas.
Los dos tomos de El corrido zacatecano pueden adquirirse en las tiendas de los museos del INAH y en las librerías Educal.