Las obras que tienen como base hechos criminales que derivan en una investigación son conocidas como novela negra, subgénero que en la actualidad ha tomado fuerza.
En estos libros no sólo se investiga quién es el asesino y cómo cometió el delito, sino también se enfrasca en la sociedad donde ocurren los hechos.
Un claro ejemplo es El silencio de la ciudad blanca, de la escritora Eva García Sáenz de Urturi.
Esta historia gira en torno al arqueólogo Tasio Ortiz de Zárate, quien fue condenado por una ola de extraños asesinatos que aterrorizaron la ciudad de Victoria hace 20 años.
Sin embargo, cuando está a punto de salir de prisión en su primer permiso, los crímenes se reanudan pues en la Catedral de la ciudad son encontrados dos jóvenes desnudos y muertos por picaduras de abeja en la garganta, lo que desata una investigación con respecto a este tema, ya que poco tiempo después otra pareja es asesinada en un edificio medieval.
Mientras tanto, Unai López se obsesiona con prevenir los crímenes antes de que ocurran, ya que se distingue por su habilidad en crear perfiles criminales, pero siempre está presente la pregunta de quiénes serán los próximos en ser asesinados.
El silencio de la ciudad blanca se enfrasca en mitología y leyendas de Álava, arqueología, secretos de familia y psicología criminal, lo que ha posicionado a esta obra entre el gusto de los lectores.
Debido a esto, la novela es considerada como la mejor en la carrera de esta escritora, quien actualmente redacta sus próximos libros.