EL TEÚL DE GONZÁLEZ ORTEGA. Llegamos ayer por la noche. Somos un grupo de Zacatecas; la mayoría, profesores jubilados. Hoy en la mañana estuvimos en la casa del profesor Luis González. Ahí desayunamos una birria deliciosa. Nos tocó ver cuando destapaba el horno de piedra y barro. ¡Aquel olor a carne cocida a la leña, sazonada con especias..! De veras que nos chupamos los dedos.
Ya fuimos a los principales lugares de interés de este pueblo. No cabe duda de que El Teúl es pueblo hermoso. Una cosa que nos tiene sorprendidos es el Festival Gastronómico y el tianguis que hacen cada domingo último del mes.
¡Cuánta cantidad de cosas se pueden ver, oler, saborear y llevar! Ya vimos que hay mole de frijoles tiernos, frijoles de la olla, tortillas hechas a mano, chilaquiles, gorditas, quesadillas, atole blanco, birria, cecina seca, asadura, champurrado, tamales, gorditas de horno, gorditas de arriero, salsa de xoconostle, agua de manzanilla, agua de xoconostle, camote enmielado, pajaretes, jocoque, tacazotas. Demasiadas cosas para un solo día y más para nosotros que acabamos de desayunar birria. Pero aun así nos dimos nuestro buen taco de ojo.
Como no pudimos comer a nuestras anchas nos dedicamos a fisgonear en los productos del tianguis. ¡Cuánto trabajo y cuánto arte en los cestos de fibras naturales! ¿Dice que son de barba de pino, verdad? Mire nuestras compañeras, parecen niñas en una tienda de dulces y juguetes. Ya compraron ese chiquihuite; acá otras compañeras también se están llevando un frutero de mezquite y otras vasijas también de mezquite.
Cosas preciosas. ¡Cuánto trabajo ha de ser manejar la madera tan dura de ese árbol! Otro compañero se llevó una olotera, que de seguro los jóvenes no saben para qué sirven. Ya no se ven en ningún lado esos rodetes de olotes parejos, unidos a presión, bien apretados y asegurados con hilo o con alambre, como los de aquí del Teúl. Nos las llevamos de recuerdo para revivir aquellos tiempos cuando éramos niños y que nos ponían a desgranar, en aquella época en que las casas olían a azahar de naranjo, a nixtamal cocido y a humo de leña.
De veras que esto es un Pueblo Mágico. En un solo día hemos recorrido la presa y las bellezas de la naturaleza, la historia prehispánica de la zona arqueológica, la sensación mareadora y energizante del mezcal puro, la experiencia de presenciar cómo se cuece la birria en un horno de leña y saborearla, humeante, aromática, con su textura blanda y con el sabor que sólo tiene la birria de los pueblos.
¿Qué será? ¿El sabor del terruño? El festival gastronómico y el tianguis de productos regionales son maravillosos, una muestra de la creatividad de la gente del Teúl, de sus ganas de recuperar la tradición que los mantiene de pie y luchando las batallas de la vida. No cabe duda que en este fin de semana hemos vivido la riqueza y la diversidad del México profundo.
(Charla de Hugo Ávila, presidente del Comité Pueblo Mágico de Teúl de González Ortega, con paisanos que disfrutaron del Festival Gastronómico realizado en esta cabecera municipal)