Fieles y representantes de las parroquias católicas de la capital zacatecana, como de Santo Domingo, de Fátima, de San José de la Montaña y del Sagrado Corazón de Jesús, se unieron en la procesión en honor al cuerpo y sangre de Cristo, representados por el corazón.
Con esta fiesta se recuerda la importancia del alimento interior que el hijo de Dios brinda en el peregrinar por la tierra, sin el cual se fallece espiritualmente.
Encabezado por el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, un nutrido contingente, al son de la morisma, de cánticos, de la tambora y fuertes pisadas de los danzantes, partió de la Basílica Catedral y recorrió las avenidas y calles Hidalgo, Genaro Codina, Fernando Villalpando, Juárez y retornó al punto de partida.