Zacatecas.- Con una sonrisa en el rosto y una mirada llena de alegría, Manuel Eduardo Uribe de la Torre, de 26 años, es un padre orgulloso de una niña hermosa de 10 años y de un pequeño de 5, en los cuales Ha descubierto su fortaleza y ganas de salir adelante.
Manuelito como sus amigos y familiares le dicen, se convirtió en padre a los 16 años, aún no terminaba la secundaria, sin embargo, el ser aun un adolescente no le impidió y adquirir la responsabilidad de un hijo.
Su adolescencia no fue el reto a vencer sino convertirse en un padre soltero, ya que fue él quien se hizo cargo de su bebé desde su nacimiento, puesto que su madre decidió continuar con su vida alejada de ellos.
Durante cuatro años Manuelito se enfrentó a una sociedad llena de estereotipos que lo señalaban por ser papá soltero, donde nadie lo creía capaz de poder criar a una bebé ni mucho menos darle una buena vida.
Sin embargo fue todo lo contrario, con el apoyo incondicional de sus padres salió a delante, continuó con sus estudios de preparatoria sin poder concluirlos, en un sistema escolarizado, debido a la falta de tiempo para hacerlo, por lo que prefirió trabajar para darle todo lo necesario a su pequeña.
“Mi hija es todo para mí, es mi razón de vivir, es quien llegó para que centrara mi vida y tomara un rumbo fijo. Mis hijos son mi felicidad”, expresó con gran entusiasmo.
“Yo me encargaba de prepararle sus papillas, cuidarla, levantarme en las noches, llevarla y recogerla de la escuela, ayudarle con sus tareas, jugar con ella, nunca le cambie el pañal, se los cambiaba mi mamá, pero de allí en mas todo lo hacía yo”, comentó.
La madre de la pequeña los visitaba esporádicamente, dijo, sin embargo, un día ella decidió que la niña viviera con ella, “ese día fue el más triste de mi vida, se llevaban a mi hija de mi lado, le consulte a mi papá qué podría hacer porque es abogado y él me dijo no hay nada que hacer si ella ya tomó la decisión” recordó con la voz quebrada y lágrimas en los ojos.
Manuel comentó que su padre le explicó acerca de leyes y procedimientos que él podría hacer, pero que aun así le llevarían al mismo resultado, “las leyes mexicanas no apoyan al papá cuando es soltero, no importa que el niño esté mejor con él, el gran número de los casos le dan la custodia a la mamá y yo lo que menos quería era cuidarle un daño a mi hija, por eso acepté la decisión de su madre”, dijo.
Dijo que llegó a un acuerdo, en el que su hija lo visitaría todos los fines de semana y que la pequeña pasaría el tiempo que ella quisiera con él. Esto ha sido así durante los últimos seis años, dijo, “los más difíciles de mi vida, porque me encartaría que mis hijos vivieran conmigo, pero no se pudo por eso soy feliz cada minuto que pasan a mi lado”, expresó.
“En el caso de mi hijo –comentó– es muy diferente ya que él nunca ha vivido conmigo y el tiempo que pasamos juntos es muy poco; su primer año de vida no conviví con él, sí pasa tiempo y va a casa de mis papás, pero no está acostumbrado a mí, por eso mi apego a él es menor, al igual que la relación con su mamá”.
“Un padre tiene las mismas condiciones e incluso menos que la madre, porque existen apoyos para las madres solteras, la sociedad las cobija cuando a un padre no lo hace, no hay apoyos y ni pides porque sabes que no existen, sin embargo aun así podemos, educamos y cuidamos a nuestros hijos, a los que les damos lo mejor”, concluyó Manuel.