GUADALUPE.- Cynthia Gabriela Márquez Rueda, quien cuenta con una trayectoria de ocho años en el mundo de la fisioterapia, presta sus servicios en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) de Guadalupe.
Asegura que eligió esta profesión después de que su madre recibió terapias por un largo periodo. “Fue algo que me agradó mucho, me llenó el ojo en todos los aspectos”. Por ello, tomó la decisión de cursarla carrera de fisioterapia en el CREE de Durango.
Lo más satisfactorio, consideró, es el agradecimiento de los pacientes. “Cuando llegan y me dicen: pude dormir sin dolor, ya no me duele; eso es lo más gratificante de todo. Cuando ese paciente comparte que inicia a hacer actividades como peinarse e ir baño, eso es lo más emocionante de mi trabajo”.
Cynthia relató una de las historias que más han marcado su carrera.
“Una niña de ocho años con un traumatismo craneoencefálico llegó a su primera terapia en camilla y se trabajó con ella un tiempo corto de dos meses, en donde la niña retomó su actividad motriz en cien por ciento”.
Actualmente trabaja en un tanque terapéutico, específicamente con un grupo de seis pacientes de columna; dentro del agua se realiza un proceso de relajación que favorece los movimientos que en la superficie no se pueden realizar.
Entre sus proyectos, la joven fisioterapeuta pretende cursar una maestría en fisioterapia deportiva para cumplir un proyecto dirigido a personas con problema medular, ya sea fuera de la institución en la que labora o en ella.
Al referirse a sus pacientes, dijo: “gracias por esa inyección de vida, de risa, de buen humor; la actitud con la que llega el paciente te da muchas ganas de vivir y de seguir día con día”.
Con una inmensa alegría y con un fuerte suspiro, Cynthia resumió la fisioterapia como: “mi vida”.