ZACATECAS. El filósofo francés Gilles Lipovetsky ofreció una conferencia magistral en el museo Rafael Coronel, denominada Consumo Digital.
Lipovetsky abordó el tema del capitalismo ligado al consumismo que, a principios del Siglo 20, comenzó a crear públicos ante la propuesta de tener productos variados y de distintos estilos.
“El capitalismo contemporáneo se caracteriza por el hecho de que anexó en su funcionamiento mismo, y a una escala sin precedentes, la dimensión estética”, por lo que explicó que dentro del concepto cabría definirlo como “capitalismo estético, que es una expresión llamada oxímoron, es decir, una contradicción”.
Gilles Lipovetsky dijo que le resultó complicado concebir la idea de juntar el capitalismo con el arte, pues “son dos lógicas totalmente diferentes”, pero la fuerza del capitalismo contemporáneo logró unir a esos dos mundos, “esta dinámica se implantó a pequeña escala por medio de la invención de la gran tienda”.
El capitalismo estético se reduce a que el propio mercantilismo llegó a las puertas de lo artístico, “ya que hoy no existe ninguna mercancía que no sea objeto de un trabajo de parte de un equipo de diseñadores. Cada objeto tiene un equipo de profesionales que hicieron una labor para lograr una forma que fuera atractiva para el consumidor”.
Muchas veces el capitalismo es acusado, agregó, de “uniformizar el planeta” porque se vuelven a encontrar las mismas marcas y franquicias en todas partes, pero “se nos olvida que paralelamente a eso, existe una multiplicación de los estilos, lo cual significa que hoy en día todo convive, seguimos teniendo objetos minimalistas, pero también otros tantos que quieren volver a guardar la tradición”.
Dio como ejemplo los museos que se inventaron en el Siglo 18 para poder presentar las Obras Maestras de la humanidad, “pero lo que vemos hoy es que ciertos museos organizan exposiciones de grandes marcas de moda, por ejemplo: el Guggenheim, de Bilbao, se inauguró presentando una exposición de Armani; en el Metropolitan de Nueva York fue una exposición de Yves Saint Laurent”.
El último concepto del que habló fue el “hiperconsumismo y explicó que éste es llevado por el capitalismo estético para “proletarizar al consumidor”, hecho que se puede observar en el rápido movimiento de las sociedades.
“La vulgaridad existe en todas partes y la época de la estética del arte desaparece. La gente quiere eficacia, entonces podría existir un trabajo de destrucción del sentido estético de los individuos por medio del capitalismo”.
Concluyó: “si bien vivimos en el sistema capitalista, tenemos la tarea de criticarlo. Debemos crear la conciencia de la cultura general para elevar el nivel de reflexión de los ciudadanos, pero también el sentido estético por medio de la práctica del arte dentro de las escuelas, esto es hoy en día una exigencia humanista, puesto que nuestra sociedad no debe sólo crear productores y consumidores”.
Sugirió ordenar un nuevo eslabón de la cultura humanista mediante la exigencia ecologista, pero también de la exigencia de la cultura y del arte, “la práctica del arte dentro de la escuela que va a elevar el nivel de los consumidores y que va a volver necesario las producciones de los medios del capitalismo”.