JEREZ DE GARCÍA SALINAS. La receta para preparar asado de boda que le heredó su madre a María Hortencia Trujillo, le ha permitido convertirse en una empresaria que emplea a toda su familia en Doña Hortencia Asado de Boda.
Al principio puso en práctica lo que aprendió de ver a su mamá cocinar y lo que preparaba lo hacía para su esposo e hijos, pero el sazón se fue conociendo por otros miembros de la familia, quienes comenzaron a hacer pedidos en cantidades pequeñas.
Con el paso de los años, la recomendación de boca en boca se fue extendiendo, y ahora los pedidos para fiestas o eventos especiales de hasta dos mil personas en un día.
Gracias al sazón que mantiene, en 2013 se le apoyó por primera ocasión para elaborar un proyecto que le permitiera bajar recursos para acrecentar su negocio.
El Instituto Tecnológico Superior de Jerez (ITSJ) le apoyó para elaborar el documento y obtener dinero para construir un local donde laborar, pero acostumbradas a trabajar para salir adelante, sus cinco hijas fueron los peones de la obra: “andaban llenas de cemento, subiendo bloques y todo, sólo por el amor de hacer esto”, relató Hortencia.
El trabajo en equipo les permitió acceder a otros programas para equipar el local ubicado en Calle Guadalupe, en Ermita de Guadalupe, y con ello agilizar el trabajo que era manual. Además, elaboran y envasan el concentrado del producto para quienes deseen llevarlo a otros puntos.
La constante capacitación es una pieza clave, pues todos los integrantes de su familia, incluyendo nietos, tienen alguna tarea dentro del negocio que recibe clientes que lo compran para llevarlo a otros países como Argentina, Cuba y Estados Unidos.
“Nosotros no estamos estudiados, toda mi familia alcanzamos a estudiar la primaria porque era lo que se usaba antes, pero sin estudio fui poco a poco, gracias a Dios que la gente me ha apoyado y me ha comprendido mi modo de hablar y de expresarles las cosas”, dijo al explicar que su trabajo le permite reunirse con gobernadores y presidentes municipales.
Además, es invitadas a participar en exposiciones en la Ciudad de México, donde logran la comercialización de hasta una tonelada en cada ocasión.
Aunque tiene planes de exportación y cuenta con los permisos necesarios para entrar al mercado mexicano, consideró que es cuestión de tiempo, pues buscan crecer paulatinamente y entre lo próximo está el comprar un vehículo para repartir en tiendas de la demarcación.
Su principal objetivo es dejarles a sus seis hijos una herencia de trabajo para que, “el día que falte”, no tengan que salir a sufrir a otros países y tengan en la comunidad un modo honrado de trabajar.