“Ni una menos, vivas nos queremos”
Bajo un sol inclemente, salieron a las calles con un objetivo: exigir justicia para todos los casos de feminicidio ocurridos en Zacatecas. La Plaza de Armas fue la sede de la concentración a la que convocaron organizaciones feministas del Colectivo 8M.
A los manifestantes los empujó el caso de San Juanita, la pequeña de apenas nueve años que fue asesinada en Guadalupe, y la impunidad en otros tantos casos de feminicidios que, reclamaron, se quedaron archivados en las instituciones.
Al grito de “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más” y “Ni una menos, vivas nos queremos”, llamaron a no olvidar a las víctimas y a exigir resultados a los tres órdenes de gobierno para frenar la violencia contra las mujeres.
En Zacatecas, las demandas tienen nombre. Quienes se reunieron la tarde de este miércoles, en Plaza de Armas, reprocharon el actuar del gobernador del estado, Alejandro Tello Cristera; del secretario de Seguridad Pública (SSP), Ismael Camberos Hernández, y del fiscal general de Justicia del Estado (FGJE), Francisco Murillo Ruiseco.
“Tello, Camberos, si tienen dignidad, los ciudadanos les pedimos, den seguridad”. “Fiscal entiende: la justicia se defiende”. Los gritos retumbaron a las puertas del Palacio de Gobierno, de donde nadie salió.
Los trabajos para colocar los escenarios para el festival del folclor cesaron entonces. Cruces blancas y rosas se colocaron en la explanada y, frente a ella, una ofrenda floral recordó a la pequeña San Juana.
“No se vale”
En memoria de la niña, cuyo asesinato cimbró a Zacatecas y ya escaló a nivel nacional, se leyeron poemas y familiares de víctimas de feminicidio reflexionaron sobre el peligro que acecha, sobre la violencia que se llevó a los suyos.
Ahí estaban también los dolientes de San Juanita. Una de sus tías, Andrea Mora, denunció que la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) les negó pruebas de los estudios que supuestamente se le hicieron al cuerpo hallado este lunes en un terreno baldío y del que después se anunció que era la menor.
“No se vale, no puede ser que esté pasando esto. No les quieren entregar la prueba de ADN. Entonces ¿a quién enterramos?”, cuestionó la mujer, rodeada de los manifestantes.
Informó que los padres de la niña no pudieron asistir a la protesta debido a los trámites que han tenido que hacer desde que desapareció su hija. “Todavía, después de tal aberración que se hizo con San Juana, los traen con papeleo, porque no les quieren entregar la prueba de ADN”, reprochó.
Llamó a denunciar cualquier acto sospechoso, pues advirtió que “ahí anda un pervertido que no sabemos a cuantos más va a hacer daño. […] Las criaturas son lo más sagrado de este mundo y con ellos no se debe de jugar, no se deben de meter. La familia Romo exige justicia”, sentenció.
Indiferencia
El pase de lista vino y con ella decenas de nombres de niñas y mujeres asesinadas en el estado; se nombró a San Juanita, a Karen Dayanna, a Cinthia Nayeli, casos que cimbraron a Zacatecas.
Con Andrea, lloraron más familiares de víctimas de feminicidio. En sus discursos, reprobaron el actuar de las autoridades y la insensibilidad de la sociedad civil ante la violencia contra las mujeres.
Lamentaron en especial que los asesinos se ensañen con los infantes y que ahora “nuestros hijos se encuentren recluidos en sus hogares, sin disfrutar la libertad, sin divertirse, sin aprender de la vida”.
Exigieron que las autoridades “tienen que humanizarse, deben palpar el dolor, de oler el dolor para que puedan frenar este tipo de situaciones que ya no son posibles de tolerar”.
Por último, las mujeres y los hombres, vestidos de morado en solidaridad con ellas; los jóvenes, con pancartas de protesta contra el gobierno estatal, y los niños, con cruces cargando, ampliaron la exigencia de seguridad y reclamaron tranquilidad para “todas las personas”, porque “esto cada vez empeora”.
Aguascalientes se solidariza
De igual manera, los habitantes de Aguascalientes se manifestaron como muestra de apoyo y con la finalidad de exigir justicia por el feminicidio de San Juana y otras víctimas.