La niña, La Blanca, la Santísima y la Chula son algunos de los nombres que los devotos dan a la Santa Muerte, un culto que existe en México desde hace siglos.
De acuerdo con una reciente investigación, realizada en la Unidad Académica de Historia de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), se ubica el culto a la muerte desde la época prehispánica, desde las deidades como Mictlantecuhtli.
Aunque no existe una fecha exacta de cuándo llegó a Zacatecas, el culto a la Santa Muerte, como lo conocemos, se calcula data del siglo 18, con uno de los primeros santuarios en Sombrerete: la capilla de La Noria de San Pantaleón.
“Desde que las personas trabajaban en la mina rendían culto a la muerte por ese temor de perder la vida en una labor como la minería, que es peligrosa” comentó Frida Sánchez Reyes, una de las investigadoras.
Asimismo, afirmó que “el culto y respeto de la muerte viene de un miedo que nos han transmitido de generación en generación, ese miedo a la muerte, a hacer acciones buenas en vida. Es totalmente opuesto a la visión de la muerte que hay en el cristianismo a la que hay en el México prehispánico”.
Miedo y Tabú
En contraste a lo que mucha gente piensa, este culto no es exclusivo de personas que se dedican a la prostitución o a la delincuencia, sino también de personas como cualquiera que deposita su fe en alguna creencia religiosa.
“Es un tema tabú, pero al investigar nos damos cuenta que todo tipo de personas han pedido su ayuda, soldados que estuvieron en Irak, enfermos, van desde amas de casa hasta profesores, personas de todas las profesiones, personas normales de cualquier ocupación”, comentó Frida Sánchez.
Agregó que el miedo se debe también a que “dicen que es muy celosa, le dicen La Niña, dicen que tienes que cumplir lo que prometiste, porque si no se te puede regresar a ti”.
Por su parte María Esther Nava, dirigente del Santuario Hípico de la Santa Muerte, en Guadalupe, Zacatecas, comentó que en su experiencia ha sido muy grata.
“Soy devota desde hace más de 30 años, obviamente por la mitología, el tabú, yo lo hacía ocultamente, pero un día me decidí. Migré de mi familia que era cien por ciento católica. La gente margina y pone barreras entre la creencia y la fe, es otra cosa. Aquí desde el enfermo, el anciano, el niño, empieza a tener una creencia porque [La Muerte] se manifiesta vía pensamientos, sueños, visualizaciones”, comentó.
Esthercita, como comúnmente la llaman, mencionó que desde los 7 años veía a La Blanca, pero al venir de una familia profundamente católica, no se trataba el tema.
“Para muchos ella es satánica, es diabólica, es del narco, [pero] para mí es una fe”, enfatizó.
Hace 18 años, durante el parto de su hijo menor, Esthercita tuvo un paro momentáneo: “morí durante unos segundos, quedé sin oxígeno, me pregunté qué iban a hacer mis hijos sin mí, regresé y le pedí [a La Muerte] ayúdame a entenderte para poderte difundir”.
La casa de todos
“Aquí es la casa de todos, para quien quiera venir, siempre y cuando sea devoto. Ella es nuestra madre, nuestra protectora, la que va a estar siempre, porque es la que nos manda Dios ya en la fase mortuoria”, expresó Esther.
De su experiencia, comentó que “todos los que llegamos al mundo de ella, lo hacemos por necesidad. Nunca va a llegar una persona que esté bien en todos los aspectos. Algo está en su vida sentimental, económica, de salud, inclusive hechicería”.
Al especificar que en este culto no se discrimina a nadie, la dirigente del Santuario Hípico, puntualizó que los colores con los que se vista a La Niña tienen cada uno su significado:
El rojo es amor, familia, salud y economía; el blanco representa liberación, bienestar, pureza y alivio; el negro es fuerza, lo que a menudo se confunde con satanismo o misas negras, pues explicó que muchas personas dan esa connotación al color.
“El negro tiene todo, depende de cómo se use, en un funeral es tristeza, pero en una fiesta es elegancia, todo depende de cómo se utilice esa fuerza” explicó.
Esthercita narró que anteriormente se celebraban cultos en el Panteón de Herrera, donde existe un altar a la Santísima, sin embargo se suspendieron debido a malas interpretaciones.
“Suspendí los cultos en la noche porque se prestaba a malas interpretaciones, decían que hacíamos misas negras, pero no. El santuario se decreta por liberaciones, sanaciones y protecciones”, sentenció.
El velo que la cubre es lo que simboliza la protección contra la hechicería, las enfermedades y el frío. El tabaco como ofrenda representa la limpieza en diferentes ámbitos como los negocios y el hogar.
El agua sirve como liberador de enfermedades. Las flores son agradecimiento, las favoritas son las rosas amarillas.
El vino se le pone en símbolo de celebración y se consume solo “si le ofrendan un whisky, es de ella, si yo me lo tomo, ya sabe a pura agua, pierde su fuerza, porque es de ella”.
De acuerdo con la devota, los problemas por los que los hombres acuden a ella son amor, economía y trabajo, mientras que en el caso de las mujeres es la familia, la economía y la armonía personal (inseguridad, celos, frustraciones y conflictos). “Nuestro altar es muy completo, habla de la justicia, habla del equilibro”.
Uno de los rituales del culto a la Santa Muerte es el círculo azul, que es para que se vayan las almas que murieron en accidentes o no se despidieron de sus seres queridos para darles el eterno descanso. En el caso de los vivos, consiste en abrir horizontes a un mejor vivir.
Misas y Sacramentos
En el Panteón de Herrera ese encuentra la capilla donde se celebran misas a la Santa Muerte, que consisten en la novena de fuego, con la que “se le pide que nos reciba, pidiéndole a Dios permiso para invocarla, y luego sigue el día del perdón, la salud y la verdad hasta que terminamos en el día del amor, para agradecerle todos los favores recibidos”.
Como en las religiones judeocristianas, se celebran los sacramentos, entre los que destacan los matrimonios, que a decir de Esther, se realizan respetando la religión: “hacemos sacramentos, obviamente, sin ofender a Dios, también hay bodas personales, donde la gente se casa con ella, es aceptar que mi fe es por decisión, no obligo ni me obligan”.
“Es como en la iglesia católica, sólo que aquí los novios, ambos deben ser creyentes y no pueden casarse por ninguna clase de obligación ni por compromiso de algún embarazo o que los obligue alguien, ellos deben venir por convicción y porque la quieren a ella [a la Muerte] de testigo” detalló.
2 de noviembre
Desde la noche del 1 de noviembre los fieles llegan al santuario con ofrendas para la Niña Blanca para celebrar su día. La fiesta empieza desde las 22 horas en una fiesta de alegría y respeto.
Personas caracterizadas acuden a la coronación de su reina que empieza con la entrada del 2 de noviembre Día de Muertos. Anteriormente esta celebración se hacía en el cementerio, pero debido a la aglomeración, se realiza en el santuario.
Testimonios
Al entrar al Santuario Hípico Cieneguitas, en Guadalupe, inmediatamente se visualizan tres figuras de la santa muerte, a los costados de las paredes cuelgan cuadros que sus fieles han donado en agradecimiento por los favores cumplidos.
Flores y glamurosos velos adornan las estatuas que representan la fe rodeada de luces y ornamentos.
Se trata de una casa de dos pisos dedicada en su totalidad al culto a la muerte. Al subir por las escaleras el aroma de las flores y el incienso envuelven el ambiente.
En la planta alta a cada paso hay una figura de la Santa, de quien dicen “es muy celosa y no le gusta compartir su altar con otros santos, el único que permite es a San Juditas, pero le tienes que pedir permiso”.
Figuras doradas, negras, blancas, rojas, plateadas y hasta multicolor rodean la planta del Santuario que se percibe limpio y ordenado.
Sentada en una banca estaba Yesenia, joven que desde hace algunos meses decidió pedirle un favor a la Santa Muerte por un problema con la documentación que les permitiría cobrar un seguro.
La muchacha esperaba sin dar la espalda en ningún momento a las figuras que posaban sobre las mesas laterales adopta una posición abierta para relatar su historia.
Coloca las manos sobre sus rodillas y relata “una vez yo la soñé. Me estaba avisando de algo, a la mañana siguiente tuve un accidente en el trabajo y fue como me acerqué al santuario, es algo que no me pude explicar”
Sostenía una botella de whisky mientras señalaba que era el regalo especial en agradecimiento por los favores cumplidos.
“En mi casa tengo su altarcito, diario le prendo su cigarro, su incienso y su veladora, le ofrezco flores, frutas y dulces, en ocasiones una copa de licor o cerveza”, mencionó.
Acompañada de su madre, quien no reveló su nombre, aseguró: “teníamos que arreglar unos documentos que pensamos que sería más difícil”.
“Le prometimos que si nos ayudaba a salir de ese problema con rapidez, le daríamos una recompensa, esos papeles se tardan mucho en arreglarse, hasta más de un año, y se solucionó en un mes”, dijo.
Por su parte la mamá de Yesenia asegura que en ningún momento ha dejado se fe católica “Nosotros somos católicos y no hemos dejado de creer en Dios ni de ir a misa”.
A decir de Yesenia, anteriormente se escondía para rendir culto a la Santa Muerte, sin embargo, hoy en día se siente orgullosa de estar bajo su protección.
Cristianismo
“Es curioso que incluso muchas personas agradecen a Dios por haberles permitido conocer a la Santa Muerte, muchas veces lo ligamos con algo que es ajeno a lo cristiano, pero para muchos está dentro de la misma religión”, refirió Frida Sánchez, investigadora.
En contraste, pese a que los creyentes aseguran que el culto a la muerte “no está peleado” con el cristianismo, el Padre Manuel Félix Chacón, vocero de la Diócesis de Zacatecas, expuso que la la iglesia católica nunca aprobó este culto.
“No creemos en la Santa Muerte, para nosotros los cristianos la muerte es un paso hacia la vida eterna, entonces para nosotros la muerte no existe. Creemos en la resurrección de los muertos”, enfatizó.
Puntualizó que “la Santa Muerte no es una persona o un ser, no tiene nada de santa, la muerte no es un ser sino un acontecimiento, y la muerte significa la ausencia de vida. Por eso desde pequeños nos enseñan a imaginar la muerte de muchas maneras, pero son figuras que nosotros nos las hemos hecho”
“Digamos que la muerte es una realidad, es la consecuencia del pecado para nosotros. Algunas personas creen que Dios es el autor de la muerte, por eso dicen que hay que darle culto a la muerte, y pues no, esta expresión no entra en nuestro esquema de fe”, recalcó.
En oposición, Esther Nava asegura que el culto y la religión van de la mano, incluso señala que “el pecado más grande del mundo es la ignorancia, hay gente que por atemorizarte y que no te acerques, dice cosas malas. Hay gente que le teme, pero lo que en realidad tememos es a las acciones que hicimos en el pasado”
Aseguró que incluso algunos sacerdotes católicos llegan al santuario a pedirle favores y siguen conservando su fe en Cristo ya que consideran a la Santa como un complemento.
Asimismo afirmó que cada una de las celebraciones que se realizan en el santuario son con el permiso de Dios y de la Muerte, incluso hay imágenes donde aparece la Santa Muerte cargando a Jesucristo tras su pasión.
Descartó la creencia de que la muerte se cobra los favores que le cumple a la gente
“Dicen que se cobra, dicen: es que una persona que era muy devota de ella se le murió su hijo. Pero la muerte existe porque tiene que existir, no somos exentos de ello, es mentira que se lo cobró. Ella lo único que pide es fe”, comentó.