Un hombre estaciona su camioneta en una transitada calle de Luis Moya. En plena tarde, el Sol encandila a los transeúntes. Se escucha un disparo. Corre el rumor de una ejecución, pero los que seguían ahí alcanzan a ver que dentro del vehículo, quieto a un lado de la vía, el conductor se ha derribado. Estaba solo y, junto a él, una pistola. La muerte vino por propia mano.
En el inicio de este año hubo 20 suicidios en 15 municipios de Zacatecas, según registros de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE). La mayoría sucedió en febrero, de acuerdo con el corte al último día de ese mes. Aunque el promedio diría que fue uno cada dos días, el 3 de enero y 11, 12 y 26 de febrero, dos personas se quitaron la vida en menos de 24 horas.
Las razones no se especifican en el parte oficial; sin embargo, son variadas, sin un patrón específico, según las distintas versiones de los hechos.
La psicoterapeuta Esther Navarro Díaz advirtió que en este problema no se debe generalizar, pues las causas pueden ser múltiples, con factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales, además de que investigaciones han mostrado que entre 40 y 60 por ciento de las personas que cometieron suicidio consultaron a un médico en el mes anterior a los hechos.
No obstante, y pese a los estudios hechos sobre el tema, la especialista reiteró que no está del todo claro por qué el suicidio se produce en números cada vez mayores, sobre todo en los últimos 50 años en México. Los datos apuntan a “la transformación del país de mayoritariamente rural a urbano”, como consecuencia de la modernización y la economía globalizada.
En cuanto a los hechos registrados recientemente en municipios de Zacatecas, Navarro Díaz subrayó de entre los factores el consumo de sustancias que provocan adicción, aspecto en el que cabe resaltar que las detenciones por narcomenudeo se multiplicaron en 2018, según la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado.
A ese elemento, la psicóloga añadió la migración, las crisis económicas, el envejecimiento de la población y la depresión.
Trastornos mentales
Desde los 11 años, América se autolesiona. A los 14 años le diagnosticaron depresión y en más de una ocasión pensó en quitarse la vida. En su mente rondaba la pregunta: “¿Qué pasaría si me suicido?”.
Ahora las crisis van y vuelven, como su transitar entre Saltillo y Zacatecas, pero se apoya en su familia y en la terapia. En ocasiones, la depresión la orilla otra vez a herirse.
Navarro Díaz detalló la asociación entre trastornos mentales y suicidios: existe una prevalencia de 80 a 100 por ciento en casos del acto consumado, mientras que el riesgo de que alguien que tenga algún tipo de estos padecimientos atente contra sí es de 6 a 15 por ciento.
Sin embargo, se conoce también que una proporción importante de quienes lo lograron murió sin consultar alguna vez a un profesional en salud mental. La atención oportuna en este tema es el enfoque de la Ley de Salud Mental, aprobada en 2018 en el estado, pero aún sin reglamentar.
Esta semana, Hans Hiram Pacheco García, director de la Unidad Académica de Psicología de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) e impulsor de la legislación en la materia, insistió en la urgencia de la reglamentación de la norma, para bajar recursos que permitan diagnosticar las necesidades de la población y después ejecutar programas de intervención.
En entrevista con NTR Medios de Comunicación, también consideró que los gobiernos locales deben invertir más en este tema. Citó que la UAZ mantiene 14 centros de atención psicológica en nueve municipios, donde se tiene detectado que los principales problemas devienen de depresión, en primer lugar; violencia intrafamiliar y maltrato en el noviazgo, en segundo; y dificultades de aprendizaje, en tercero.
“Pero al tener uno o dos psicólogos para un municipio, es imposible dar atención”, subrayó el académico.
De acuerdo con el informe de la fiscalía, este año los suicidios registrados en el estado en 2019 ocurrieron tanto en entornos rurales como en urbanos. Fresnillo presentó el mayor número de casos: cuatro. Río Grande, tres. El resto fue en Jerez de García Salinas, Juan Aldama, Moyahua, Guadalupe, Zacatecas, Sombrerete, Apozol, Loreto, Jalpa, Luis Moya, Pinos, Vetagrande y Valparaíso.
Más hombres
Él tenía 15 años, vivía en Río Grande. Al llegar a casa, silencio. Entró al baño y una silueta colgaba de la regadera: era su padre. Nunca podrá olvidar esa imagen. La depresión lo alcanza cuando la recuerda. Ahora no importa si la puerta es de madera, de metal o una cortina, cada vez que va a un sanitario sus dedos tiemblan en la entrada: su temor es siempre qué encontrará del otro lado.
Del total de muertes registradas por suicidio durante enero y febrero en la entidad, prácticamente nueve de cada 10 fueron de hombres y una gran parte de ellos rondaba los 50 años.
La psicoterapeuta Esther Navarro coincidió en que las estadísticas reflejan una desigualdad de género. Recordó que los hombres tienden a exponerse a conductas de riesgo para reafirmar la masculinidad: consumo de sustancias, conducir a velocidad, peleas violentas.
Además, citó los conflictos que enfrentan sobre todo conforme son mayores. En estas edades, las diferencias por género alcanzan a ser de 18 suicidios masculinos por uno femenino. “Pareciera que las mujeres tienen mayor capacidad para sobrellevar las problemáticas que les presenta la vida, y es posible que la mayor valoración social y familiar en la vejez de las mujeres contribuya a ello”.
“Al parecer tienen menos resistencias a las vicisitudes de la vida […] Un número creciente de ellos vivirán en la zozobra de no tener un empleo formal y seguro, y cada vez con mayor frecuencia, tampoco tendrán seguridad social ni jubilación, lo que les augura una vejez difícil”.
No obstante, se observa que los cambios socioeconómicos y demográficos tienen consecuencias iguales sobre la población femenina.
Aunque la mayoría de los casos ocurridos en Zacatecas corresponde a hombres mayores, también los hubo de hombres y mujeres jóvenes, de 15, 19 y 21 años, así como adultos, también de ambos sexos, en los 30 años, edades que representan los principales grupos de víctimas de suicidio.
Navarro Díaz afirmó que la juventud “tiene un oscuro futuro ante las condiciones actuales del país”: sus posibilidades de estudiar se limitan y muchos abandonan la escuela a edades relativamente tempranas, además de que saben que, independientemente de su nivel académico, les será difícil encontrar empleo.
Aparte, aun y cuando obtengan trabajo, “les será complicado enfrentar las dificultades económicas cotidianas por los bajos salarios, o quizás tendrán que migrar a otra parte, incluso al extranjero, para sobrevivir”.
Duelo distinto
Una mañana, en Zacatecas, María amaneció con una noticia que la estremeció: su mejor amigo, Josué, falleció. En el celular de él, la última llamada registrada era con ella, en la madrugada. Le dijo: “me voy a matar”, pero María no pensó que lo haría y colgó para volver a dormir. La familia de Josué la acusó de que lo había orillado al suicidio, lo que María creyó posible. Terminó deprimida e incluso intentó acabar con su vida.
“El suicidio tiene especial relevancia porque implica que el individuo que lo lleva a cabo ejerce una forma extrema de violencia contra sí mismo. Tiene profundas implicaciones sociales, porque quien toma esta decisión ha llegado a extremos existenciales que colocaron al suicidio como única salida”, lamentó Navarro Díaz.
Alertó de que esto puede impactar especialmente a niños y adolescentes, porque son susceptibles de visualizar el suicidio como método para enfrentar problemas como desempleo, incapacidad de aprobar un examen o abuso sexual.
“Es contraproducente glorificar a las víctimas como mártires y objetos de adulación pública, porque puede sugerir, a las personas vulnerables, que la sociedad honra el comportamiento suicida”.
No obstante, la psicoterapeuta consideró que prevalece el estigma alrededor del suicidio, “lo que hace que los supervivientes se sientan excluidos”. Aquellos cuyos seres queridos fallecieron de forma natural u otros tipos de muerte, suelen recibir simpatía y compasión. “Nunca se culpa a la familia por el cáncer, pero la sociedad sigue proyectando una sombra sobre el suicidio”.
La experta apuntó a que las familias en las que existen casos de suicidio “están expuestas a una mayor probabilidad de desestructuración, desorganización y expresiones patológicas”.
“Es como si la persona que se suicida depositara todos sus secretos en el corazón del sobreviviente; le condena a afrontar multitud de sentimientos negativos y, peor, a obsesionarse con su papel real o posible a la hora de haber precipitado el acto o de haber fracasado en evitarlo. La tristeza indescriptible sobre el suicidio se convierte en un círculo sin fin de desconcierto, dolor, escenas retrospectivas y una necesidad de adormecer la angustia”.
Por la prevención
Paloma acudió a terapia psicológica durante la preparatoria, pero su terapeuta la acosaba. El maltrato sistemático que recibió la sumió en depresión. Una tarde preparó un coctel de pastillas para ingerirlas, pues no quería morir ahorcada o desangrada. En sus propias palabras: su mamá llegó a salvarla. Ése fue un momento de quiebre y se decidió a poner fin a lo que atormentaba su vida.
Datos científicos avalan que muchos suicidios son prevenibles; aun así, no siempre se reconoce esto como prioridad en las políticas públicas. Navarro Díaz citó programas como los que impulsan las instituciones que combaten las adicciones y que el sector salud incorpora las enfermedades mentales en el Catálogo Universal de Servicios de Salud del Seguro Popular.
Pero, reconoció que “la tasa de suicidios entre la población se haya incrementado continuamente es un parámetro indudable de que algo no está funcionando correcta o adecuadamente en la sociedad”.
Roque Edmundo López García, director del Hospital de Especialidades en Salud Mental, calificó de “muy alarmante” la cifra de suicidios en el estado. Recordó que en 2018 hubo 79 casos registrados de manera oficial.
Informó que en el estado hay tres espacios dedicados a la atención de conductas suicidas: en Zacatecas y Fresnillo, además, del Centro de Salud Mental ubicado en Calera de Víctor Rosales. El funcionario de la Secretaría de Salud de Zacatecas (SSZ) agregó que todas las unidades de esta dependencia están capacitadas en el tema, a fin de detectar riesgos y prevenir la consumación del acto. A la vez, mantienen un programa de difusión de medidas preventivas y de actuación en municipios.
Actualmente hay 15 pacientes en el Hospital de Especialidades en Salud Mental, cuyos padecimientos fueron detectados en centros de salud; los tratamientos son distintos, según el grado de afectación y si padecen algún tipo de enfermedad o trastorno. López García resaltó que las ideas suicidas son una de las principales causas de internamiento en los hospitales de este tipo de especialización.
Advirtió que, además de representar las mayores tasas de suicidios, los hombres recurren a métodos más impulsivos y de gran impacto, generalmente más violentos. Los signos de alarma son: pensamientos depresivos, poca movilidad, falta de motivación, aislamiento, pocos o nulos planes y la pérdida de conexión con familiares y amigos.
Contrario a la creencia de que las personas que quieren cometer el acto no lo dicen, el especialista aclaró que suelen expresar pensamientos relacionados con la muerte o comentan sobre la propia defunción.
El especialista coincidió con Navarro Díaz en que los tabús entorno a este tema dificultan la atención oportuna. Refirió que hay quienes buscan ayuda y reciben como respuesta “te van a encerrar en un manicomio o estás loco”, lo que se debe eliminar a través de información sobre este problema y la aceptación de los trastornos mentales.
*Con información de Rosa Rojas, Karen Calderón, Alejandro Castañeda y León Guerra. Los nombres de los testimonios se omitieron en los casos que así se solicitó.