Zacatecas.- Todos los días, afuera de los hospitales públicos, personas claman para que algún altruista les ayude a garantizar la atención médica de sus familias, donando alguno de los paquetes de sangre que les piden.
Estar lejos de su familia, complica conseguir donadores de sangre para sus pacientes, sumando los gastos que implica permanecer en la capital y costear la alimentación y hospedaje diarios.
Las horas pasan lentas para Josefina Palomares quien se apuesta frente al sitio de taxis del nosocomio público más importante de la ciudad, para con la voluntad de desconocidos recuperar las nueve unidades de sangre que le dieron a su esposo internado.
Desde hace dos días, desde su cama en el hospital, Baltazar Robledo espera la generosidad de algunas personas que quieran ser donantes de sangre.
Por años, él y Josefina vivieron lejos, su enfermedad y la lejanía de los hijos quienes viven en Estados Unidos los ha llevado a enfrentar juntos esta situación.
En Zacatecas, apenas 3 por ciento de las donaciones que se realizan en el Centro Estatal de Trasfusión Sanguínea (CETS) son altruistas.
De acuerdo con informes oficiales, en promedio se atienen entre 900 y mil donadores, pero el número de sangre que se requiere en nosocomios del estado es más alto que la recuperación que se tiene.
La dificultad para encontrar donadores es tal, que en ocasiones, de una familia de cinco integrantes que acuden para recuperar la sangre que se les pone a sus pacientes, sólo uno es apto para hacerlo.
Personal del Centro Estatal expuso que el Hospital General de Zacatecas (HGZ) y de la Mujer son los nosocomios públicos con mayor demanda de sangre, mientras que el San Agustín y San José encabezan la lista de los privados.
Josefina explica que debido a que otros de sus familiares viven en Tepechitlán y Guanajuato, es imposible que vengan desde allá para ayudar con alguna donación.
“No somos de aquí, está muy lejos la familia y no podemos pedirles que lo hagan”, manifestó al referir que aunque encuentra personas con disposición para donar, no todas pueden hacerlo.
“Espero que muchas otras lo hagan, porque son vidas que se salvan”, apuntó.
En esta misma semana, su esposo fue intervenido quirúrgicamente, por lo que necesita recuperar las unidades que se le administraron y aunque dijo que el personal médico no le ha condicionado la atención médica, reconoció la urgencia que enfrenta.
Así como ella, decenas de personas esperan que personas con voluntad puedan ayudarles reponer el plasma.
Josefina Robledo, llamó a la población a que se conviertan en donadores altruistas.
“Si nos hicieran favor, si hubiera gente que se tocara el corazón y nos hicieran favor de donar esto que ocupamos nosotros”, expresa mientras entre pasillos y calles aledañas al nosocomio pide el apoyo de la ciudadanía.