Después de que la Secretaría de Salud de Nuevo León confirmara los cuatro primeros casos de hepatitis grave en el país y tras la alerta emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la presencia de este tipo de enfermedad, Soledad Fernández Olvera, presidenta de la Sociedad Zacatecana de Salud Pública, declaró que es un tema del que “hay que ocuparse en lugar de preocuparse”.
Esto debido a que no se conoce el origen de este tipo de hepatitis, por lo que se deben reforzar acciones preventivas, como la vacunación en toda la población y no solo en menores de cinco años.
Soledad Olvera externó que durante los dos años de pandemia el esquema de vacunación de los infantes “se ha ido por los suelos, se han dejado de vacunar a muchos niños”, por lo que la primera recomendación es vacunar a los niños que no tienen los esquemas completos y se dé mayor atención a la inoculación de hepatitis B, que se aplica al nacer, así como las dosis correspondientes de vacuna hexavalente, que protege del tétanos, difteria, tosferina, poliomielitis, haemophilus influenzae tipo B y hepatitis B, la cual se aplica a los dos, cuatro y 18 meses de edad.
Agregó que en el estado se hace un esfuerzo extraordinario para vacunar contra hepatitis A a niños de guarderías, estancias infantiles, casas cunas e hijos de jornaleros, quienes tiene mayor riesgo de tener esta enfermedad.
Cabe recordar que desde el 5 de abril la OMS emitió una alerta ante el brote de hepatitis infantil grave de origen desconocido, sus principales pacientes son niños de un mes de nacido hasta adolescentes de 16 años.
En México el 12 de abril se confirmaron los primeros cuatro casos, que reportan un estado de salud estable y permanecen bajo continua vigilancia médica en Nuevo León.
Es importante tomar medidas preventivas, como el lavado constante de manos; lavado de frutas y verduras; cubrir boca y nariz al estornudar o toser; consumo de agua potable; evitar compartir alimentos; evitar automedicarse y acudir al medico en caso de presentar algún síntoma, como diarrea; vómito; dolor muscular y abdominal; ictericia, es decir coloración amarilla en ojos y piel; acolia, heces muy claras; o coluria, orina muy oscura.