El delegado de Plateros, Guillermo López Moreno, informó que, pese al control de la pandemia y la instalación del Santo Niño de Atocha gigante, la afluencia de peregrino no es la esperada, esto, principalmente a causa de la percepción de inseguridad.
Detalló que la afluencia de peregrinos no ha sido la esperada, incluso, aunque ya se veía más movimiento, bajó debido a los hechos violentos que han sucedido en la comunidad.
Relató que durante la Semana Santa tenían altas expectativas, pero, “no fue como se esperaba, hubo unos hechos, lo que todos sabemos de la situación de inseguridad, que nos afectaron bastante, previos a Semana Santa, dos o tres días antes, yo creo que eso ausentó a las personas que tenían planeado visitarnos”.
Explicó que a raíz de esto fortalecieron los operativos de seguridad en la comunidad, con lo cual esperan que haya más visitas.
Adelantó que regularmente durante junio y julio son buenas temporadas para los comerciantes de la comunidad, ya que son fechas en las que comienzan a llegar los paisanos.
“En su mayoría son migrantes, en el mes de julio ha bajado bastante el porcentaje de asistencia, pero estamos seguros que con el trabajo de las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, ojalá a la gente le dé más confianza visitarnos”, expresó.
Siendo Plateros el segundo centro turístico religioso del país, la mayor parte de los habitantes de la comunidad se dedican al comercio; durante los dos años de la pandemia las visitas fueron mínimas, lo que dejó en una crisis a muchos de los comerciantes.
Aunque durante Semana Santa habían percibido un incremento en el número de visitantes, incluso, visitas desde otros estados, hechos delictivos mermaron nuevamente la cantidad de turistas que arriban cada año.