FRESNILLO. Desde hace años que el río Aguanaval está abandonado por las autoridades estatales, por lo que su mantenimiento corre a cargo del Comité Técnico de Agua Subterránea del cauce, que lidia con problemas de sequía, deforestación y contaminación.
José Ramírez Padilla, presidente del comité, informó que el caudal beneficia a aproximadamente 55 mil productores del estado, de los que 70 por ciento se concentran en Fresnillo; además, es la principal fuente de abastecimiento para presas como la Leobardo Reynoso y las de Santa Rosa, entre otras.
Pese a su importancia, los integrantes del comité denunciaron que no hay instancias que apoyen con campañas de concientización, pues la población arroja sus desechos al río y generan problemas de contaminación.
Ramírez Padilla explicó que la vegetación muere y no hay programas de reforestación; asimismo, el comité que encabeza carece de recursos para financiar acciones que mejoren la situación.
Detalló que los principales puntos donde hay mayor contaminación de basura son en algunas de las comunidades en las que arriban jornaleros: Río Florido, San José de Lourdes y Rancho Grande.
Puntualizó que “es en las épocas de jornaleros cuando más basura hay en el río, ya que ellos mismo, al pasar por ahí, arrojan sus bolsas de basura”.
Agregó que antes los productores agrícolas generaban problemas de residuos, pero “a lo largo de los años” avanzaron con la instalación de contenedores en puestos de venta, donde tiran los envases de fertilizantes y otros productos del campo.
El presidente del comité consideró que, para eliminar la contaminación, es necesario que la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA) se involucre con campañas para concientizar a la población y que dejen de tirar basura en este lugar.
Agregó que, “si bien el comité en otros años había logrado colaboración con este organismo, así como a nivel municipal con el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Fresnillo (Siapasf), el comité debía apoyar con recursos para los traslados”.
Explicó que, aunque no es mucho, el capital que debían utilizar por el alto precio de los insumos, deja a los productores en desventaja y prefieren invertir su dinero en comprar lo que necesitan que en pagar por este tipo de ayuda.
Mientras tanto el río, que permanece seco la mayor parte del año, se convierte en un depósito de basura y la vegetación cada vez es más escasa.
Estas últimas lluvias le dieron vida al Aguanaval, pues el cauce natural logró cargarse un poco y que la basura se moviera de lugar, pero hacen falta más acciones para cuidarlo.