SUSTICACÁN. La comunidad de El Chiquihuite, donde habitan alrededor de 300 personas, ha sido sitiada por grupos del crimen organizado, quienes mantienen en vilo a los habitantes.
De acuerdo con testimonios, los integrantes de dichos grupos llegaron a tomar la primaria del lugar, lo que impidió a los niños acudir a sus clases de manera cotidiana y actualmente éstas se imparten de forma virtual.
Esta condición no sólo afecta a los estudiantes de educación básica, también a los de preescolar, secundaria y preparatoria, quienes fueron confinados para tomar clases en sus hogares ante la falta de condiciones de seguridad, lo cual se complica por la falta del servicio de internet en las casas.
Debido a esta situación, los habitantes de El Chiquihuite están obligados a consumir datos de internet con sus propios recursos y pagar para recibir educación sin ningún tipo apoyo.
La decisión de las clases a distancia fue tomada por la presidenta municipal, Fabiola Rodríguez Saldivar, al no poder garantizar la seguridad de los alumnos.
Se respira el miedo
El problema de inseguridad también lo sufre el resto de la población, pues de acuerdo a los testimonios, los integrantes del crimen organizado bajan hasta la cabecera municipal ubicada a 18 kilómetros de El Chiquihuite y recorren las calles con armas de grueso calibre.
Los afectados reconocieron que no tienen registrados ni cobros de piso ni agresiones a la población, pero el miedo a que esta situación cambie es constante, motivo por el cual han decidido cerrar varios negocios.
Entre ellos una pizzería y un café, cuyos propietarios trabajaron durante un tiempo en Estados Unidos y al reunir fondos regresaron a Susticacán, con la esperanza de ayudar a la reactivación económica del municipio y apoyar con más ingresos a sus familias.
Sin embargo, su sueño fue truncado ante la falta de garantías por parte de la autoridad para operar sus negocios, pues en el municipio, uno de los más pequeños de la entidad, sólo tiene dos policías que carecen de las herramientas para hacer frente al problema que enfrentan.
De ahí que la migración sea la única posibilidad para los jóvenes del lugar, quienes prefieren abandonar su tierra natal antes de enfrentar el problema de inseguridad.