JEREZ DE GARCÍA SALINAS. “De a poquito” comienzan a regresar a sus viviendas los habitantes de El Durazno, quienes desde mediados de noviembre fueron obligados a dejar la comunidad ante la llegada de integrantes del crimen organizado.
Pablo Bañuelos Madera, delegado de la comunidad, aseguró que al menos 20 familias regresaron a sus casas después de que fuera establecida una base permanente de la Guardia Nacional (GN) en el lugar.
Sin precisar cuántos de los 500 habitantes que fueron desplazados retornaron, afirmó: “la gente se siente más segura ahora, pero fue un impacto muy duro y por eso todavía no se animan a regresar todos los que viven ahí”.
Agregó que durante el día se ve a la gente que trabaja en el campo y cuida sus animales, “por la noche se regresan a la cabecera porque todavía tienen mucho miedo”.
Mencionó que el Ayuntamiento de Jerez da poca ayuda, en contraste con el Club de Leones, que les brinda despensas y desde San Luis Potosí también han recibido apoyo como ropa y dinero por parte de comunidades migrantes.
Agregó que la vigilancia y los rondines del Ejército Mexicano y de la GN son constantes; en este momento están a la espera del relevo respectivo de sus elementos.
Con respecto a la participación de la Policía Estatal Preventiva (PEP) puntualizó que ésta no mantiene una base de operaciones en el lugar, “pero también mantienen un patrullaje constante en todas las comunidades de la zona”.