Quién sabe qué sea la realidad, por eso hay que informarse, porque entre otras utilidades prepara al informado para cualquier confrontación con lo que le dicen “realidad”, no vaya siendo que en una de esas alguien quiera afirmar algo que no está científicamente comprobado o que nomás porque salió en la tele, la radio, el periódico o en alguna red virtual, háyase convertido en cochina y falsa noticia, una realidad falseada.
Es así que sólo el bien informado, el correctamente enterado podrá convertirse en un digno canal comunicante y así dejar en libertad la verdad a través de boca o pluma propia y, de tal modo, poner posible orden en esa malversada versión de una mentirosa y entrometida “realidad” que, por alguna razón, otro alguien, no menos falseado que su equivocada versión, andaba tratando de difundir como si fuera cierto.
Lamentablemente, aún hoy en día, resultan abundantes esos increíbles sujetos, sujetas o sujetes que no se han enterado, entre otras cosas, que ya se tienen que llamar así por aquello de la correcta inclusión y que por más tele, radio, periódico o ya de perdido red virtual que se oferte, continúan viviendo engañades e ignorando la cochinada de mundo en la que andan habitando, con todo y sus múltiples riesgos, peligros y maldades; con todo y sus muchas malas noticias diarias disponibles a la menor consulta y que aventuradamente se pierden, por tal atrevimiento, poder recomunicar propiamente enterados de lo terrible que puede resultar el acontecer cotidiano, no falta el ingrato, ingrata o ingrate que se atreve día con día a no enterarse de las importantes verdades esenciales, datos frescos y recientes, como la última balacera, el reciente hallazgo forense o la fresca extorsionada del día, ay de aquellos pobres e ingratos ignorantes que no consultan las noticias y desconocen la “realidad”.
Si algo es importante, seguro saldrá en las noticias, aunque sea en las de las redes virtuales, que afortunadamente son algo así como uno o más bien varios medios disponibles para que la misma gente informada también informe sobre su propia e importante información, medios casi gratuitos para que se propague y divulgue todo lo que parezca conveniente compartir, desde el que es a la vez interés e interesado, eso que se deja saber a los demás sobre la propia existencia, y la propia “historia” y que bien pudiera rellenarse, de preferencia diariamente con pruebas auténticas sobre hechos personales cotidianos, casi siempre representados en fotos o breves textos generadores de likes, muchos, en el mejor de los casos, esos mismos que cualquier mal informado podría creer que sólo a los divulgadores importa.
Como si regar las macetas, comer tacos o leer un libro no fuera tan importantes sucesos para que alguien más que el ejecutante se enterara de ello; como si hacer ejercicio, comer un helado o pasear a la mascota no tuvieran suficiente relevancia para el juicio público en general; cómo dejar a los demás perderse de lo que le sucede al que quiere hacer públicos su existir, su estar, su haber y su hacer, al que comparte sus motivos, eventualidades y quehaceres casi tan espontáneamente como le sucedieron, esos mismos que permite enterarse de su vida tanto o más que vivirla, una apropiada y difundida “realidad” en la que todos sonríen y no hay esos otros cotidianos eventos balaceras, hallazgos forenses o extorsiones, una verdad ajena a la otra que se asegura, es real.
Lo que informan los que perjuran que no es cierto que la gente puede o debe dedicar su tiempo a regar las macetas, comer tacos o leer un libro, a hacer ejercicio, comer un helado o pasear a la mascota como si eso no fuera más importante que las otras noticias públicas de la tele, radio o el periódico, y que luego entran en conflicto al momento de definir lo que es verdad, pero que ya entendieron que informarse es enterarse de lo que sucede día con día, aunque no sea científicamente comprobado, no salga en la tele, radio o periódico, pero que permita una vez siendo informante e informado crear o al menos recrear, algo parecido a una “realidad”, aunque quién sabe lo que eso sea.