JEREZ DE GARCÍA SALINAS. Después de dos años y en medio de la incertidumbre por la inseguridad, alrededor de 50 familias de la comunidad El Durazno regresaron a su localidad en procesión con su santo patrono, San José, cuya imagen estuvo ausente en su altar.
En esta peregrinación volvió alrededor de 60 por ciento de los pobladores de El Durazno, aunque en el acto religioso se registraron alrededor de 600 personas, ya que los habitantes de las localidades cercanas se unieron a la oración por la paz en la región, informó el responsable de la recuperación de las comunidades de la sierra de Jerez, Marco Antonio Vargas Duarte.
Aseguró que la procesión muestra la actitud positiva y el deseo de la gente de recuperar su vida en la localidad, ubicada a ocho kilómetros de la cabecera municipal y a dos del entronque a la carretera estatal 23.
Cabe mencionar que desde diciembre los pobladores comenzaron a regresar a sus hogares, luego de que integrantes de la delincuencia organizada los sacaran de sus hogares hace dos años.
Regresan con fe
Este fin de semana se realizó el acto religioso, que inició en el crucero de la carretera Fresnillo-El Durazno con una banda de guerra al frente, seguido de un contingente de niños, los que llevaban globos blancos y pancartas, en las que se leía: “Bienvenidos familia de Nazaret, te pedimos por la paz”.
Detrás de los menores, los creyentes trasladaban en hombros las imágenes de San José y la Virgen María, las que los fieles católicos se llevaron cuando tuvieron que huir de sus tierras y que resguardaron en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en la cabecera municipal de Jerez.
Las representaciones religiosas iban escoltadas por los creyentes, que en sus manos portaban los estandartes de la iglesia católica, quemaban cohetes e iban con música de banda.
En tanto el sacerdote que los acompañaba rociaba agua bendita por todo el camino, mientras se rezaban oraciones para que el temor que quedó en las calles se desvaneciera y pudieran permanecer en la tierra que los vio nacer; además de que volviera la paz y la armonía a sus vidas.
Apenas arribaron los habitantes a la zona habitacional, una danza de matlachines los esperaba para culminar el recorrido en la capilla, donde fue colocada la imagen ausente de San José.