El valor no consiste en la bilis, ni en la sangre; consiste en la dignidad
No existe nada más liberador, de la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras que la figura grotesca de Loret de Mola o la de la intelectual Lily Téllez. Y si de leer se trata, me quedo con Carlos Monsiváis y Efraín Huerta (mi dilecto y comunista poeta). Cada quien que escoja al que quiera, total, algunos son seguidores de Paulo Coelho y Luis Pazos y ni quién diga algo (uyyyy qué miedo).
Pues resulta que MORENA dio su permiso para que sus santificadas corcholatas anden viajando por aquí y por allá echando rollo de su republicano pecho. Así, este fin de semana Zacatecas no recibió más contingentes de la SEDENA ni de la Guardia Nacional, pero se chutó el choro mareador de Ricardo Monreal, quien dice que quiere ser presidente de la República (el chiste se cuenta solo). Se repitió el sketch populista (aquél de que viene desde más abajo de abajo, etc.) y las frases huecas de costumbre (“ni nos vamos a dejar ni nos vamos a rajar”, “amor con amor se paga”), y frases cargadas de un alto contenido ideológico propio del suspirante.
Una intervención quirúrgica me impidió asistir a tan histórico evento, pero lo que he leído en los diarios del rancho me dan cuenta que, ante la falta de presencia política nacional, se busca negociar espacios para acomodar a la familia y los cuates. Punto. De las otras corcholatas pues ni qué comentar, mejor esperamos a que lleguen y checamos quiénes son sus adoradores rancheros, esos grandiosos científicos de la política que tienen la encomienda de juntar canicas para encumbrar al que llaman “próximo presidente o presidenta” de la República.
Mientras esto acontece, la derecha y sus standuperos llaman a unificarse para darle en la torre a MORENA, su temible enemigo. Pero la derecha no sabe que su más grande enemigo es la inteligencia; los pobres carecen de capacidad para hilar un discurso moderno, desde su posición ideológica, que movilice a las masas. Pareciera que le apuestan al espontaneísmo y la llegada del Mesías para desde ahí exorcizar los intentos de construir un espacio republicano (de verdad) y democrático al que aspiran algunos grupos y ciudadanos. Y es que la cosa no es nada fácil.
Leo en el diario Reforma las penurias ideológicas del comandante Borolas, alias Felipe Calderón, para construir un discurso moderno. Se pierde en conceptos que difícilmente entiende y quiere llegar a conclusiones sin antes haber definido su posición política e ideológica. Sus conclusiones son de primero de primaria: “Lo único que puede salvar a México es una ciudadanía organizada”. ¡Tómala, barbón! Qué gran descubrimiento que puede encumbrar al buen Borolas a SNI nivel non plus ultra.
Mientras leo en el suelo las declaraciones del ex presidente (me caí de la risa loca), me entero de las broncas en el rancho producto de la irracional violencia de grupos ligados al crimen organizado. Siguen los bloqueos, levantones y homicidios. Al parecer ahora un maestro universitario ha sido blanco de la privación ilegal de su libertad. ¿Por qué? ¿Somos enemigos de quienes decidieron hacer carrera en el crimen organizado? ¿Cuál es la razón por la que vivimos en la zozobra? Queremos vivir en paz, con la tranquilidad que nos ofrece el respeto a los derechos de los demás y el dedicarnos a trabajar honradamente. De cuates. ¡No más sangre inocente! Creo que a la mesa de reconstrucción de no sé qué, le hacen falta patas (y neuronas).