Un mes y medio después, una familia proveniente de Oklahoma sigue sin conocer avances de la denuncia que interpusieron por el asalto y la privación ilegal de la libertad de la que fue víctima en una carretera de Vetagrande, Zacatecas.
Los paisanos residen en Estados Unidos desde hace más de dos décadas y durante las fiestas decembrinas volvieron en una camioneta prestada, para visitar a sus familiares en una localidad cercana a Tacoaleche, Guadalupe.
Su regreso al vecino país del norte sería a inicios de enero, pero fueron víctimas del crimen organizado. Después de esto, decidieron no volver a Zacatecas no sólo por temor a la inseguridad en carreteras, sino por la que reprocharon como una nula respuesta de las autoridades.
Luego de vacacionar, los paisanos salieron de compras el 31 de diciembre para llevar productos mexicanos a casa y por encargos de parientes. Se dirigieron a la zona urbana de Guadalupe y, de regreso, fueron interceptados por un grupo de sujetos cuando iban por carretera.
Entre miedo y frío
Los delincuentes los bajaron de su vehículo, los despojaron de todas sus pertenencias y los subieron a una vieja camioneta Chevrolet, donde les advirtieron: “nomás queremos el vehículo, con ustedes, nada”.
Luego los llevaron a Sauceda de La Borda, Vetagrande, después a la carretera a Muleros, la comunidad Guadalupito y al final los dejaron en la cima de un cerro, desde donde ellos pudieron observar varios poblados.
Cuando bajaron se dieron cuenta de que estaban cerca de Bracho y se quedaron a un lado de la carretera, con la esperanza de recibir apoyo, lo que no llegó. Aseguraron que, en los caminos que recorrieron, nunca se cruzaron con alguna patrulla.
Unas personas los llevaron hasta Tacoaleche, donde finalmente encontraron un taxi y volvieron con su familia. “Aquello fue desgastante: el miedo, el frío, la impotencia de no llevar nada de lo que planeábamos… la camioneta, que no es de nosotros”.
Sin avances
Las víctimas, quienes por seguridad pidieron que se reservaran sus identidades, recordaron que los amenazaron y les dijeron que, si denunciaban, debían alterar la información a las autoridades, como declarar que los asaltantes viajaban en un carro compacto blanco, de cuatro puertas.
A pesar del miedo, los paisanos decidieron interponer la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), donde se les pidió acudir durante dos días para concluir las declaraciones. “Llamaron secuestro exprés a lo que nos ocurrió”, recordaron.
Les dieron los nombres de los elementos a cargo de su caso y les pidieron datos para contactarlos, pues les prometieron que se les notificarían los avances. Sin embargo, la familia reprochó que, a la fecha, nadie se ha comunicado, por lo que perdieron la esperanza de recuperar lo que les robaron.
Reclamo en tribuna
Este martes, en tribuna, el diputado migrante José Juan Estrada Hernández recordó en tribuna que varios migrantes han sido víctimas de robos en distintas carreteras del estado, pero no denuncian al saber que no hay seguimiento a los casos.
Otro de los motivos por los cuales los paisanos que son víctimas de robo no acuden ante la fiscalía es que deben regresar a Zacatecas para dar seguimiento a los procesos, lo que se les dificulta.
El legislador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) también reprochó la falta de vigilancia en tramos carreteros, como el que va de Jerez a Tepetongo, y urgió la intervención de las autoridades para garantizar el tránsito por la entidad.
En diciembre del año pasado resaltaron casos como los de 25 paisanos asaltados en las carreteras federales 45 y 54 y el problema continúa, pues a inicios de este año, desde Teúl de González Ortega, pobladores denunciaron el aumento de atracos en la 23. “Ya es mucho”, reclamaron.