Las mujeres y niñas en la ciencia
Aún recuerdo aquellos juegos tan divertidos que disfrutaba con mi hermano mayor, debo confesar que las muñecas me gustaban, pero como espectadoras de los grandes experimentos que él y yo hacíamos. Desde niño, mi hermano tuvo alma de ingeniero, cada juguete que recibía (padrísimos, por cierto), lo desarmaba para saber qué tenía dentro (luego le sobraban piezas) y yo colaboraba en la investigación, ambos éramos científicos. Hoy es ingeniero industrial y no es porque sea mi hermano, pero para mí es el mejor.
En realidad quiero decir que cuando fui niña no tuve restricciones para jugar a lo que me gustaba, esas guerritas en la arena, los experimentos con latas voladoras (conservo algunas cicatrices como evidencia), las minas que hacíamos en la tierra, las mezclas con aquel juego de química, observar el comportamiento de los animales -principalmente insectos-, también del universo y todos aquellos grandes descubrimientos de la humanidad, que conocimos a partir de una enciclopedia que mi padre nos compró y nos encantaba leer.
Posteriormente, desarrollé una pasión por las matemáticas, la física, la química y todos los temas relacionados con la tecnología, durante mi paso por la secundaria y particularmente en la preparatoria en donde estudié el bachillerato en área físico matemático con carrera técnica en programación, ahí tuve la oportunidad de participar en un proyecto tecnológico cuyo objetivo era resolver un problema de exceso de salinidad del agua en una comunidad del semidesierto. Estaba muy lejos del mundo de las ciencias sociales y bastante cerca de los algoritmos a decir verdad, luego… Me convertí en economista, lo demás, es historia.
Al respecto, el pasado sábado 11 de febrero, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¿A qué debemos esto? Sabemos que la igualdad de género ocupa en nuestra era, un objetivo muy importante en la agenda pública como producto del trabajo y el camino que abrieron muchas mujeres que nos antecedieron y las que hoy continúan en ese objetivo de manera directa.
La existencia de brechas de género persiste en 2023 y, aunque se han logrado importantes avances sobre todo en la creación de marcos legales, programas y acciones desde las instituciones internacionales, nacionales e incluso locales, el camino por recorrer aún es largo para alcanzar esa igualdad, particularmente en el campo de la educación y el ámbito laboral.
Estas brechas de género son aún más profundas cuando hablamos de la participación de las mujeres en la ciencia, la tecnología y la innovación, según datos de la UNESCO se estima que a nivel mundial, aunque las mujeres representan el 33% de todos los investigadores, sólo el 12% de quienes integran las academias científicas, son mujeres. (UNESCO, 2023)
En 2018 uno de cada tres investigadores era mujer. En muchos países se ha alcanzado la paridad en las ciencias de la vida, e incluso dominan este campo, en algunos casos. Sin embargo, las mujeres siguen siendo minoría en la informática, la tecnología de la información digital, la física, las matemáticas y la ingeniería. Estos son los campos que están impulsando la revolución digital y, por tanto, muchos de los empleos del futuro. (ONU, 2023)
Estos datos adquieren mayor relevancia si consideramos que las niñas y mujeres representamos la mitad de la población mundial.
Por lo cual, la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaró el 11 de febrero Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia en reconocimiento al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y la tecnología. (ONU, 2023)
Pero no queda solamente en una fecha conmemorativa, sino también en el diseño de una agenda internacional que tiene como centro apoyar a las mujeres científicas y promover el acceso de ellas y de las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas lo que conocemos como STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics). (ONU, 2023)
Estos objetivos pueden verse favorecidos si desde el seno de las familias se rompe con creencias de que existen carreras para hombres y otras para mujeres, dando libertad de elección desde la infancia.