Transcurrieron ya 100 días desde el percance que el novillero César Pacheco sufrió en la plaza de toros de La Florecita: una cornada en apariencia sin peligro que terminó por ponerlo al borde de la muerte, pues el asta del toro fue en el paladar y estuvo cerca de llegar al cerebro.
La fe y la convicción van de la mano cuando un joven ve pausados sus sueños, sabiendo que la vida corre peligro y que se está ante un futuro incierto.
Pacheco se aferró a eso, a la creencia de que la tormenta pasaría y un nuevo día llegaría. Y llegó a la plaza de toros Arroyo para reaparecer, sobrado de ganas y cargado de las más grandes ilusiones.
“No sólo se trató de mi primera cornada, sino que fue en un sitio que nunca se había visto. La vida se me iba en segundos como si alguien hubiera apagado un interruptor de luz.
Para mí, han sido cien días en los que ha pasado de todo, me ha servido para darme cuenta de lo duro que es el toreo y cómo se debe afrontar este camino. Yo siempre supe que era la profesión más difícil que hay en el mundo, pero jamás pasó por mi cabeza afrontar una realidad para la que no estaba preparado. Aprendí sobre la marcha a base de lucha y entendí que pasar esto es parte de la elección que hice”, compartió César Pacheco a corazón abierto, a NTR Toros.
Recuperación
Acompañado de su familia y los amigos más cercanos, Pacheco ha caminado a lo largo de estos más de tres meses, los primeros, postrado en una cama y sin poder hacer otra cosa que trabajar la mente, y el espíritu.
“Fue un peaje muy costoso, pero estuve dispuesto a pagarlo y así será las veces que sea necesario, siempre que todo vaya encaminado a mi sueño de ser figura del toreo y de vivir del toro, esto me apasiona. Estos cien días, me sirvieron además para encontrarme como persona, alcancé mucha madurez, y sé que como torero se reflejará”, aseguró.
El nombre de César Pacheco no sólo se anuncia hoy en la plaza de toros Arroyo, sino también en Aguascalientes y Cedral, por lo que buscará a toda costa el triunfo “pues hoy más que nunca tengo claro que jugarme la vida y entregarme es una obligación, tengo que regresar a la vida, y a quienes han creído en mí, todo. Triunfaré en todos los sitios, ese es mi obejtivo, atrás quedó el proceso doloroso, la paciencia puesta, hoy sólo me acompaña el sueño de ser figura del toreo”, concluyó Pacheco.