JEREZ DE GARCÍA SALINAS. Cientos de jerezanos volvieron a las calles para pedir una vez más por la paz y las víctimas de la violencia. Esta vez, lo hicieron en una peregrinación masiva convocada por el obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló.
Dentro de la Parroquia de Guadalupe, el obispo ofreció una misa por la pacificación del país, del estado y de Jerez, uno de los municipios más afectados por la inseguridad, cuyas comunidades serranas han sufrido desplazamientos por grupos del crimen organizado.
Después, los pobladores peregrinaron hasta la plaza Tacuba para rezar el Santo Rosario. Algunos llevaron fotografías de sus seres queridos, víctimas de la violencia, y entre los rezos se decían nombres de personas desaparecidas y asesinadas.
La larga lista se extendía en cada misterio, mientras que un camino de veladoras iluminaba la explanada y, al final, estaban las imágenes de las vírgenes de Guadalupe y de La Soledad, así como un Cristo crucificado.
Llamado a la reconciliación
Noriega Barceló hizo un llamado ferviente a la reconciliación personal, con Dios y con el prójimo, como única vía para lograr la paz. Afirmó que “el mal viene del pecado y a su vez rompe las relaciones con el hermano, con el prójimo y con la sociedad”.
Ante cientos de fieles de las siete parroquias que conforman el Decanato de Jerez, el obispo expresó que se deben tomar en cuenta tres obligaciones: responsabilidad, reconciliación y colaboración.
Agregó que la Cuaresma es el tiempo ideal para esta reflexión, porque “la paz no es cosa de magia, sino de trabajo con fe”, por lo que exhortó a luchar con las armas, “pero no con las que hacen daño, sino con las de la fe, del sacrificio y de la esperanza”.
Consuelo a las familias
Durante la ceremonia religiosa, Noriega Barceló dedicó un mensaje a las familias de las víctimas, cuya ausencia se siente en la escuela, el trabajo, el deporte, el barrio y en los templos.
Agregó que si bien muchos de los presentes en la misa son almas heridas y lastimadas por la violencia, también hay pecadores.
“¿Tú qué tienes qué ver con todo esto que está sucediendo? Qué has hecho bien, qué has hecho mal, cómo has provocado el mal, cómo lo has consentido o has colaborado con el mal”, cuestionó e insistió en que es necesario que todos hagan “un examen de conciencia y reflexionar en ello”.
Acto de fe
Al término de la homilía, el obispo se unió a la peregrinación. Sobre las calles los fieles cargaron la imagen de la Virgen de La Soledad, santa patrona de los jerezanos, así como otra de la Virgen de Guadalupe.
En la plaza Tacuba se instaló un templete desde el cual los sacerdotes se unieron a los rezos. Al final, de rodillas y entre cantos de alabanza, los asistentes recibieron la bendición. Después soltaron globos blancos y una veintena de palomas blancas, como símbolo de la paz.