ZACATECAS. Actualmente las familias se encuentran en una crisis ante las dificultades de la pandemia por la COVID-19, la inseguridad y la incertidumbre del futuro, aseguró Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas.
Sin embargo, expuso que ante la crisis existe la oportunidad “para una nueva forma de hacer y ver a la familia y a la sociedad”.
En el Día de la Familia, explicó que hay retos, como los cambios culturales que impactaron el núcleo familiar.
Expuso que en Zacatecas la pandemia por la COVID-19 afectó a todas las familias con la muerte de un integrante o un ser querido; aunado al confinamiento, que repercutió desde las infancias hasta las personas adultas mayores.
Además, aseguró que la inseguridad, que actualmente padece la entidad, está relacionada con las crisis económica y educativa.
“La familia se encuentra muy vulnerable en muchos sentidos, cambio de valores, cambio cultural, la incertidumbre de la economía”, explicó Noriega Barceló.
Afirmó que otro de los retos es la incertidumbre al futuro, situación que provoca enfermedades de tipo emocional y mental.
Pese a este panorama, el obispo reconoció que las familias conservan “el suficiente capital humano para sacar adelante esta generación, hay muchos valores en nuestras familias y día a día se lucha por ellas”.
Acciones rebasadas
A pesar de que la Diócesis busca la atención en las familias de las colonias más complicadas, “no nos damos abasto para atenderlas”, reconoció.
Sin embargo, el obispo expuso que buscan involucrar a más laicos para su atención, “es el reto que nos proponemos en las 120 parroquias en los 16 decanatos, que aglutinan de seis a ocho parroquias”.
Explicó que como iglesia buscan escuchar a las familias, “escuchando nos damos cuenta que los problemas no se solucionar solos y la invitación es que cada persona vaya resolviendo lo propio y vaya asumiendo lo que les corresponde”.