No venimos a hacer la guerra a la fe sino a los abusos del clero
No existe nada más liberador, de la aterrada alma, sobre todo en estos años de muchos balazos y más ideológicos bandazos, que revisar los diarios y leer declaraciones cada día más aterradoras, que la figura grotesca de Loret de Mola o la de la intelectual Lily Téllez. Y si de leer se trata, me quedo con Carlos Monsiváis y Efraín Huerta (mi dilecto y comunista poeta). Cada quien que escoja al que quiera, total, algunos piensan que Lily Téllez piensa y que Pedro Ferriz de Con es periodista y ni quien diga algo (uyyyy qué miedo).
Me preparo a reflexionar con ustedes sobre la marcha oficial con motivo del proceso electoral que inicia en septiembre de este año, digo porque eso de que es para conmemorar la Expropiación Petrolera del populista Lázaro Cárdenas (quien repartió el Congreso entre los sectores de su partido, el PRM, entre campesinos de la CNC, obreros de la CTM y militares). Que me digan que era socialista es un chiste de muy, pero muy, mal gusto.
Pero los cohetes que explotan, provenientes de la iglesia que tengo de vecina, me ponen de mal humor. Y ya tienen varios días con su desmadre, sin respetar el derecho que tenemos los herejes a un mundo sin celebraciones religiosas que signifiquen tormento para las personas y los animales (mis gatos asustados, escondidos sin entender que onda). Ya busqué en los textos bíblicos, en diversos manuscritos, en las publicaciones católicas y en ninguna se sostiene que los cohetones son parte del catolicismo. No vi algo así como: “y tronarás cohetes para celebrar la gracia del señor y de todos los santos que vayan surgiendo por los siglos de los siglos”. O algo como: “y el señor le dijo a sus apóstoles, id por todos los pueblos y ranchos y decid que compren muchos cohetes para que los truenen en conmemoración mía”. Digo, con todo respeto, no chinguen, ya bájenle a su desmadre. Y para que les de coraje: “SÍ AL ABORTO”.
Pero sé que les vale y seguirán con su reverendo desmadre sin contar que en próximos días celebrarán con todo, los llamados “días santos”. Y cerrarán calles y las autoridades civiles (valiéndoles la sagrada separación estado-iglesia) desfilarán con su cirio pascual, buscando redimir sus pecados y pedir perdón por su incapacidad para realizar la chamba por la que cobran. No han leído al Nigromante, quien en el siglo 19 dijo con todas sus letras: “la constitución progresista debe considerar garantías individuales, educación laica y gratuita, igualdad de géneros, un México libre por la separación de la Iglesia y el Estado”.
Pero no, tenemos autoridades incapaces y más papistas que el papa; bueno, hasta las damas anarquistas que desfilaron para celebrar a su manera el 8M quemaron las puertas de un edificio civil, pero no el de una iglesia. Qué, ¿acaso algún remordimiento interno propio de su educación católica? Y sí, vi a muchas ex alumnas que me platicaron haber estudiado en escuelas confesionales.
Total, que sigue el concierto de cohetones que no oculta la música de John Coltrane (“My one and only love”). Por ahí lejos tengo a un vecino que escucha a un grupo de banda (me imagino que también sufre por los cohetones), pero cada quien sus gustos, faltaba más. En fin amigos, que estos cuates no se molestan porque a uno les moleste su felicidad divina, se sienten intocables y casi, casi, a las puertas del paraíso. Le iba a pedir a los legisladores que emitieran alguna reforma para prohibir tanto desmadre en las celebraciones, pero recordé que son los primeros que se hincan para besar la mano del obispo (¡guácala!) o el papa, que tienen en sus oficinas crucifijos, imágenes de santos y santas. Y nada más que comiencen las precampañas y campañas, serán aquellos que cierren sus peroratas con el clásico: “qué dios nos ayude y nos acompañe”. Bola de hipócritas. El único personaje feliz ahorita, es el cohetero. Vaya que ha vendido el muy cabrón.