AGUASCALIENTES. La cuarta corrida del Serial Taurino de la Feria Nacional de San Marcos (FNSM) 2023 ha tenido diversos matices, resaltando la entrega y pundonor de la tercia formada por Fernando Robleño, Arturo Macías y Juan Pablo Sánchez, estos dos últimos quedándose con el triunfo al cortar oreja por coleta.
Robleño y los pasajes con naturalidad, Macías y el pundonor, y el poder del temple de Sánchez convencieron en una tarde que pasó por el encierro de De la Mora, del que han destacado dos toros, el segundo, aplaudido en el arrastre, y el tercero de arrastre lento.
Fernando Robleño con el abre plaza Granujo de 567 kilos, del hierro De la Mora, nos dejó esbozos de su toreo, se encontró con un toro deslucido al que le faltó esa transmisión, los muletazos aislados del torero español apenas con esas pinceladas. No ha estado certero con la espada. Dividió las opiniones.
Agradecido, de 515 kilos, para Arturo Macías que se abrió de rodillas para recibir al De la Mora. El cite de Macías, de largo, con la muleta en la lucha contra el viento, y con dos cambiados por la espalda marcó un buen prólogo de faena.
Que virtud del toro por el derecho, franco, moviéndose y atendiendo los toques, prodigando dos series portentosas con los muletazos muy templados. Por el izquierdo, lo buscó, pero encontró menos potabilidad. Sin pensarlo, de rodillas, valiente y temerario, sacando los muletazos, con esa transmisión al tendido, los adornos finales por alto y una estocada certera para cortar una oreja. El toro fue aplaudido en el arrastre.
Gran demostración
El tercero bis, Vinicultor de 506 kilos, del hierro titular De la Mora que sustituyó al tercero que al salir se lastimó el pitón con las tablas. El toro ofreció a cuenta gotas, pero Juan Pablo Sánchez terminó por imponerse y sacar los muletazos, férreo en la lucha, en las cercanías, con los pitones rozándole la taleguilla, con el cuerpo como carnada de una entrega total donde impera el corazón de un torero con la verdad por delante.
La transparencia de Juan Pablo Sánchez refleja con fidelidad el toreo de poder que vuelve lo imposible, posible. Se juega el sitio, pero también la vida, como un cheque al portador, donde el precio lo pone el toro. No hubo toro, pero sí torero. Con la inmensa entrega con la que se tiró a matar, fue prendido de fea manera, pero regresó, titánico, para dejar gran estocada para cortar una oreja.
El cuarto, Arrojado de 490 kilos, para Fernando Robleño, que de nueva cuenta nos dejó pinceladas de calidad, con muletazos con pausa y ritmo por el derecho, también por el izquierdo con el temple y el buen gusto. Naturales con buena nota, y el sentimiento impreso en cada pase.
Sin duda, esta vez se mostró su corte clásico, de pintura, con ese pellizco pinturero y artista. Malogró con la espada la faena. Saludó en el tercio.
Un regalo
Ramonino de 521 kilos, quinto de la tarde, y segundo del lote de Arturo Macías que firmó la variedad y con la muleta de nueva cuenta la disposición total en un comienzo de rodillas. En la búsqueda del lucimiento con un toro que poco se prestó, costeando además el factor viento.
Lo que el toro no tuvo le sobró a Macías, arrimándose con poderío, en aras del triunfo y de la emoción en los tendidos. Falló con la espada y se escapó la posibilidad de triunfar, palmas tras aviso fue el resultado.
El sexto, Latoso de 542 kilos, para Juan Pablo Sánchez, que pocas opciones ha tenido. Labor esforzada.
Gran Amigo, de San Constantino, de 528 kilos, toro de regalo para Fernando Robleño, que no se quiso quedar con nada en su presentación en Aguascalientes, ha buscado ambos pitones y el esfuerzo redituó con buenos pasajes.
Ficha
Monumental Aguascalientes
Cuarto Festejo del Serial Taurino de la Feria Nacional de San Marcos 2023
Más de media entrada, tarde con viento
Se lidiaron toros De la Mora, de juego variado, destacando el segundo, aplaudido en el arrastre y el tercero de arrastre lento
Se regaló un toro de San Constantino
Fernando Robleño, división de opiniones y salida al tercio, y palmas tras aviso en el de regalo
Arturo Macías, oreja, palmas tras aviso
Juan Pablo Sánchez, oreja y palmas