La nueva Ley Antitabaco tiene la intención de cuidar a los no fumadores, pero carece de una ruta definida para evitar el consumo, aseguró Patricia García Torres, presidenta de la Academia de Derecho Ambiental y Humano de la UdeG.
Incluso, refirió, la considera excesiva, pues es severa y rígida con quienes consumen tabaco y entra en conflicto con quienes comercializan el producto.
«La veo como una ley muy excesiva, incluso me sorprende ver que en el plano internacional la están viendo como una de las leyes más rígidas en este sentido, al buscar proteger los derechos de los no fumadores», indicó.
En enero, entró en vigor una serie de modificaciones al Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, que establece limitaciones para fumar no sólo en espacios cerrados como restaurantes o bares, sino también en áreas como paradas de camiones, parques, estadios y otros.
Además, establece criterios específicos para ubicar las áreas de fumadores, las cuales deben ubicarse al aire libre y estar físicamente separadas e incomunicadas de las zonas libres de humo, y no ser paso obligatorio al lugar.
García Torres destacó que, si bien el nuevo reglamento sí busca proteger a los no fumadores, no se establecen medidas preventivas suficientes para limitar el consumo, además de que es necesario replantear estrategias entre la federación, entidades y municipios para frenar el tabaquismo.
«Tienen que implementar medidas y programas para decirle a la población por qué es malo fumar y ayudar a los no fumadores; habilitar una línea para dejar de fumar es una medida absurda; no seas severo con los castigos, es mejor educar a la población y crear los programas adecuados para que disminuya ese riesgo», acotó.
Estimó que la severidad de la ley puede estar relacionada con el aumento de enfermedades vinculadas al tabaquismo, pero no considera el consumo de otros productos que generan humo como la mariguana, que también representa un riesgo para la salud.
Además, resaltó, la ley deja en desventaja a los vendedores y productores al fijar estrictas normas que prohíben la promoción, publicidad y exhibición de estos productos a pesar de ser legales, lo que ha derivado en Amparo que han sido resueltos, en algunos casos, a favor del comerciante.
«Si no se crean los medios adecuados para las sanciones ni los programas para educarnos respeto al consumo de tabaco, a esta ley yo no le veo futuro, porque es muy severa y la ciudadanía no se va a quedar de brazos cruzados».
Fernanda Carapia – Agencia Reforma