CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando Lorenzo Córdova asumió la presidencia del INE, en el 2014, tenía tres años como consejero, por lo que al interior del Consejo General había un grupo de siete compañeros que lo respaldaba incondicionalmente.
Con los ocho votos necesarios y garantizados, de inmediato propuso ratificar a Edmundo Jacobo como Secretario Ejecutivo y a otros directivos.
Un panorama contrario vive la primera presidenta del Instituto, Guadalupe Taddei, que aunque ha tenido relación con los siete consejeros que se quedaron después de que encabezó el OPLE de Sonora, en los hechos, aún no tiene aliados o incondicionales.
El bloque mayoritario que existía con Córdova, quedó disuelto, por lo que la composición de fuerzas en el Consejo General deberá recomponerse.
Aunque los siete consejeros que se quedaron tienen simpatías diversas, se prevé que cinco de ellos voten juntos si se trata de decisiones que afecten la «neutralidad» y «autonomía» del INE.
Se trata de Claudia Zavala, Dania Ravel, Uuc-Kib Espadas, Jaime Rivera y Martín Faz. Hasta el lunes, la única consejera ligada a Morena era Norma de la Cruz. En tanto, Carla Humphrey no vota por acuerdos previos o de grupo.
De los cuatro nuevos consejeros, a Taddei, Jorge Montaño y Rita López se les liga con Morena. Sin embargo, todos han dejado claro que actuarán con independencia. Mientras que Arturo Castillo lo han posicionado como un perfil más «neutral».
En ese contexto, los consejeros electorales tomaron las primeras decisiones políticas y de organización interna.
La reconciliación
Mientras el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, festejaba hace una semana en Tabasco la conclusión «de una etapa negra» en el organismo electoral con la salida de Lorenzo Córdova, desde la oficina del funcionario se hacían llamadas a los consejeros electorales para invitarlos a un encuentro con el Gobierno, en Bucareli.
El pretexto fue crear una «mesa de seguimiento» a la mesa de seguridad que ya existe en el Estado de México y Coahuila para el proceso electoral, por lo que algunos integrantes del Consejo General veían más bien una intención política para reunirse y mostrar un cambio en la relación entre autoridades y los integrantes del órgano electoral.
Desde que tomó protesta, la nueva presidenta del INE, Guadalupe Taddei, dejó claro que muchas cosas cambiarían, empezando por el abaratamiento de costos en la operación del organismo, que ha sido un foco rojo en el debate público.
En su primera reunión privada con los consejeros, la sonorense puso sobre la mesa la «reconciliación» con el Gobierno federal, por lo que intentó convencer a sus homólogos de acudir a Bucareli. La secundaron dos de los tres nuevos consejeros, Jorge Montaño, tabasqueño conocido del Secretario de Gobernación, y la ex consejera de Oaxaca, Rita López; mientras que Arturo Castillo guardó distancia.
Enojados por casi dos años de descalificaciones desde la Presidencia de la República, otros consejeros exigían negarse al encuentro. Pasaron cuatro horas, y algunos plantearon una salida: que el Secretario Adán Augusto fuera al INE. Taddei se comunicó con él y éste aceptó.
Para Adán Augusto, el lugar era lo de menos, lo importante era mostrar a la opinión pública que «el problema» del Gobierno con Córdova, el consejero Ciro Murayama y el Secretario Ejecutivo, Edmundo Jacobo, se había ido del organismo electoral, y había que festejar y presumirlo.
Con ese ánimo apareció en la sede del INE. Tanto él como Taddei habían logrado su cometido, ante la mirada cautelosa de al menos seis consejeros.
En un cambio de discurso, Adán Augusto lanzó: «Nosotros somos respetuosos de la autonomía (del INE), de lo que ellos representan», «no me atrevería a tener una reunión para hablarles de austeridad» o «no podemos darnos el lujo ni ser tan egoístas de no querer trabajar de manera coordinada».
En su primera conferencia de prensa, la presidenta Taddei lució molesta por lo que consideró filtraciones a los medios sobre las reuniones privadas de los consejeros.
«Por supuesto que el respeto que vamos a pedir a todas las instituciones, es el mismo que estamos dispuestos a dar», respondió Taddei al cuestionamiento sobre si el respeto que pedía a los partidos también lo demandaba al Gobierno.
La operación
Lunes y martes, los 11 integrantes del Consejo General pasaron horas y horas dialogando para llegar a los primeros acuerdos sobre su reorganización interna.
Lo urgente era nombrar a quien se quedaría en el lugar del secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, quien decidió renunciar con tres años de anticipación, ante las acusaciones en su contra desde la Presidencia y Morena.
Consciente de que no tiene en la bolsa ocho votos, Taddei coincidió en dejar pasar algunas semanas para presentarles a sus compañeros una propuesta definitiva, mientras tanto designó a Miguel Ángel Patiño, hasta el martes titular de la Unidad de Vinculación con OPLES, como encargado de despacho de la Secretaría Ejecutiva.
Siete consejeros hicieron tres propuestas a sus nuevos compañeros, y fue la sonorense la que tuvo de decisión.
Consideró que el enlace con los institutos OPLES era la mejor opción, pues había trabajado con él cuando fue presidenta del instituto electoral de Sonora.
Taddei también se tomará su tiempo para proponer al Consejo a los 11 titulares de direcciones, unidades y coordinaciones que quedaron con un encargo de despacho, así como ratificar a los cuatro directivos, nombrados en la etapa de Córdova, que permanecen en sus cargos. En ambas decisiones se requieren ocho votos de 11.
Antes de tomarse unos días descanso, los consejeros electorales determinaron que para no mover toda la integración de las comisiones, los nuevos se incorporen a los espacios que dejaron sus compañeros, y rotar las presidencias de comisiones.
La reestructuración total y que duraría un año, se realizará hasta septiembre, que arranca el proceso electoral para renovar la Presidencia y el Congreso en el 2024.
Los consejeros operan a través de nueve comisiones permanentes y tres temporales, por lo que el lunes por la tarde el Consejo General aprobará su reintegración.
La mirada está puesta sobre la Comisión de Quejas, encargada de aplicar medidas cautelares contra partidos y servidores públicos por violar la norma elección.
Ésta la integran tres consejeros, pero dos de ellos concluyeron su mandato junto con Córdova. Se trata de Ciro Murayama y Adriana Favela, por lo que sus posiciones serán ocupadas por Montaño y López. Mientras que Zavala se queda como presidenta.
Dicha comisión ha sido cuestionada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en infinidad de ocasiones, ante la orden y critica permanente de guardar silencio y no intervenir en los procesos electorales, así como a las llamadas «corcholatas».
Otra de las comisiones competidas, es la Comisión de Fiscalización, a la que también pertenecían Favela y Murayama. Ésta se hace cargo de aprobar las multas a partidos políticos y aspirantes a cargos de elección por desaseo financiero. También ha sido una de las más cuestionadas por Morena y el PRI. Estará presidida por Uuc-Kib Espadas, y se mantienen Jaime Rivera y Carla Humphrey, mientras que se incorporan Castillo y López.
Las próximas semanas serán de acercamientos de los cuatro nuevos consejeros con las diversas áreas que integran el INE.