ZACATECAS. La incursión de la tecnología en la educación fue inevitable, aseguró la docente Beatriz Soto Bañuelos, quien imparte la materia Educación Literaria y Nuevas Tecnologías de la Información, y habló sobre los retos que enfrentan los maestros cuando usan las redes sociales en el aula.
Consideró que “el docente debe separar sus redes privadas y del trabajo, pues ni el estudiante debería de conocer el aspecto privado del docente y creo que en muchos casos, el maestro tampoco debe de identificar esa privacidad de los alumnos”.
Por lo anterior, es necesario un perfil exclusivo si las redes sociales se usan para trabajar con los alumnos, “tal cual separarlas, […] un teléfono específico para ser docente, porque ya no hay manera de separarlos si no es teniendo, en el caso del WhatsApp, un dispositivo específico para las clases”, puntualizó la docente de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Maestros violentados
Al no separar las redes sociales privadas de las que se utilizan para el trabajo como docente, el maestro se expone a que su vida fuera de las aulas se exhiba, como fue el caso de la profesora Sandra, quien renunció cuando fue víctima de actitudes agresivas de alumnos y padres de familia.
A través de sus redes sociales, la maestra expuso las conductas inapropiadas de sus estudiantes, sin mencionar nombres ni de los jóvenes ni de la institución, pues en “una ocasión les entregué las calificaciones de su examen […] entonces a un alumno no le pareció mi calificación, estaba super enojado […] agarró el examen y me lo aventó a la cara”.
El problema fue que uno de sus alumnos le tomó captura a dichos comentarios y llegaron al grupo de padres de familia, los que amenazaron con iniciar un proceso legal en su contra.
Sandra aseguró que nunca mantuvo contacto con sus estudiantes por ninguna red social, salvo WhatsApp para cuestiones de la escuela: “a ningún alumno le acepté ninguna solicitud ni nada por el estilo. Mi número nada más se los pasé para enviar trabajos”.
Debido a la presión y el temor por el proceso legal, la docente decidió hacerse a un lado, “pero yo dije: ¿dónde queda mi privacidad?, porque ellos la invadieron y también mi vida personal, cosa que tampoco está bien”.
Foto: Jesse Mireles