MADRID. Una tarde de vacíos donde el factor viento ha sido sin duda determinante. Y es que las corrientes pegaron con fuerza durante el transcurso de toda la corrida de toros. Además de ello, el frío de Madrid también pegó muy duro, y así como el clima, también en lo taurino lo fue.
Poco, muy poco queda por contar, pero si algo debemos destacar es lo conseguido por Daniel Luque, que volvió a demostrar su gran nivel en Las Ventas: no cabe duda que atraviesa uno de sus mejores momentos.
La jornada
Abrió la tarde con Tiniebla, de 566 kilos, con el que Luque buscó la variedad en el quite. El diestro Ángel Téllez, al entrar por derecho, el viento lo descubrió y fue prendido de manera aparatosa, quedando conmocionado. No fue fácil lidiar con el viento en este toro, pero Luque puso la cabeza y buscó los terrenos.
Poderoso estuvo el torero sevillano, que por delante tuvo un toro con peligro, que se frenaba, pendiente de los muslos. Sobró la actitud del torero que se arrimó, pero haciendo el buen toreo, sin aspavientos, toreando correctamente. Rotundo por el temple y por vencer las adversidades. Petición no concedida, saludando en el tercio tras pasaportar al primer viaje.
El segundo Infinito, de 551 kilos, toda vez que se corrió el turno y salió Francisco de Manuel, al recuperarse en la enfermería Ángel Téllez. La faena del joven diestro tuvo la entrega y disposición, desde que se puso de rodillas en el centro del ruedo, donde el viento no dio tregua. Hizo todo lo que pudo, siempre firme. Palmas tras aviso.
El tercero, Lingotazo, de 583 kilos, para Daniel Luque, que en el tercio comenzó por bajo toreando al natural, una faena plagada de torería, lo mejor siempre con el izquierdo, con tandas acompasadas, ligando y corriendo la mano.
Firme también estuvo Luque cuando corrió la mano diestra, otra vez en contra del viento, pero siempre con esa determinación de ir a más. El toro fue deslucido, pero aquí cabe agregar que todo lo hizo el torero sevillano, que escuchó palmas tras pasaportar de estocada.
El cuarto, Verderón, de 566 kilos, fue el primero de Ángel Téllez, que había sufrido una conmoción en el quite con el abre plaza.
Por bajo comenzó su trasteo muleteril. El viento le volaba la muleta, y no, no fue fácil, pero ahí se mantuvo el torero, firme y puesto, buscando lo correcto, con lucimiento. A pies juntos, por pitón izquierdo, firmó los últimos pasajes, dejó una buena estocada al segundo viaje y fue silenciado, escuchando antes un aviso.
Reposado, de 559 kilos, para Francisco de Manuel, el quinto de la tarde de Juan Pedro Domecq, quien breve con el capote y en la muleta por bajo comenzó su trasteo.
Asentado estuvo el torero en las primeras series que ligó por el derecho, pero siempre existió la condición del viento, nunca fue fácil para nadie esta tarde. El joven torero también lo intentó por el izquierdo, pero aquí tuvo mucho menos: el mérito fue muy grande. Pasaportó al tercer viaje y escuchó un aviso, retirándose en silencio.
El sexto, Teatrero, de 598 kilos, con el que Ángel Téllez tuvo un buen saludo por verónicas. El toro tuvo buena condición, y aunque el torero lo buscó, no terminó por romper ni ir a más, mucho se quedó en el tintero, y sí, es verdad que las ráfagas de viento no cesaron, pero no terminó de acomodarse. Se retiró en silencio.
Ficha del festejo
Tercer festejo de abono de la Feria de San Isidro en Las Ventas de Madrid, con tres cuartos de entrada. Se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, de poco juego en su conjunto. Daniel Luque, ovación y palmas. Ángel Téllez, silencio tras aviso y silencio. Francisco de Manuel, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso. Destacó en banderillas Juan Navazo, que saludó en el tercio.
Parte Médico de Ángel Téllez
Politraumatismo dorsolumbar; decide salir bajo su responsabilidad.
FOTO: MANOLO BRIONES