Juárez en la mesa
Desde hace días ojeo el libro Gastos y apuntes de cocina de la casa del señor presidente de la República don Benito Juárez, 1860-1870-1872 [México, Secretaría de Gobernación, Archivo General de la Nación –AGN–, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, 2015], editado y coordinado por Carlos Sánchez Silva. El libro es un medio para, junto con la correspondencia y los apuntes para sus hijos, vislumbrar un personaje que es nombre de varios lugares del espacio público. La información contenida da cuenta de una persona obsesiva.
Gastos y apuntes de cocina… es un conjunto de textos institucionales (Gobernación, AGN, rectoría), el ensayo introductorio de Sánchez Silva y las transcripciones de tres documentos custodiados en el AGN. Dos, los de 1870 y 1872 son de puño y letra del expresidente. Estando todavía en disputa si era o no el presidente reconocido del país, en el puerto de Veracruz, Domingo de Arce –especie de jefe de casa “presidencial”- anotó en una libreta todas las compras diarias para la elaboración de los alimentos del día.
Lo asentado muestra las notas de compra de velas, flores, fruta, agua de aljibe, jabón para trastos. Con ello se percibe parte los gustos gastronómicos del personaje más esculturizado en el país. No es dable quedarlo en la gastronomía indígena de Oaxaca, sino el proceso de mestizaje en el cual estuvo involucrado toda su vida. Por los alimentos alcanzamos a notar qué tipo de cubiertos utilizó, los maridajes comida-licores, los horarios.
Aunque en la UAZ situaremos a Juárez vía hombre con capa, en Siglo XXI; con Gastos y apuntes de cocina sabemos que en mayo 5 de 1860 se gastó en carnes de res, conejo, gallina y venado. Hubo compra de plátanos, tomates, azúcar molida, perejil, queso fresco, pan de capricho, canela y clavo… días antes y después adquirieron botellas de jerez. Las cantidades de alimentos indican que no era un comesolo el primer magistrado de la nación.
Algunos somos SPAUAZ
El pasado domingo (30 de abril), se cumplieron 48 años de instalación formal del Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas. El SPAUAZ ha marcado trayectoria alternativa y de oposición al sindicalismo de las burocracias de la entidad. Varios, algunos de sus socios, han generado referencia en otros sindicatos del precario sistema de producción fabril en Zacatecas.
Por sus rasgos, el SPAUAZ es una asociación privilegiada que no ha padecido las violaciones cruentas, como sí ocurre a los derechos de los mineros y otras asociaciones obreras. El SPAUAZ y sus dirigentes están ligados a grupos autoconceptualizados de izquierda -con partidos tipo PC, PSUM, PRD, y por mucho al PT-. También hubo y hay “infiltrados” del PAN y PRI.
Es innegable que los derechos que privilegian a los SPAUAZ, incluso muy por encima del STUAZ -hermano de clase y de institución-, son producto de la negociación entre rector y secretario general del SPA en turno. Las negociaciones son prácticas políticas al interior de una institución. En ello hay vanidades, capacidad de tiro e ingenuidades.
Los comités del SPUAZ han sido más composición y representación de grupos y de redes de relaciones políticas por grupos en escuelas mayoritarias –Prepas, Medicina, Odontología- y es precaria la pluralidad política de la UAZ.
Van 48 años y todavía no está escrita una historia desde las composiciones de las redes y grupos universitarios, y no desde los Comités y su mecenazgo. Falta una historia de las sociabilidades universitarias transformadas en bases de lucha al gobierno y a los enemigos de clase. Los docentes somos integrantes -activos, pasivos, renegados, insolidarios y pedantes- de un Sindicato que puede aportar más a las reivindicaciones frente al Estado, al gobierno y contra los ‘enemigos’ internos.