Otra vez la violencia en el deporte
El fin de semana pasado se vivió otra jornada violenta, ahora en el deporte del norte del estado, donde finales de futbol y de basquetbol salieron manchadas.
El primer hecho fue en la Liga Municipal de Basquetbol de Juan Aldama, donde la fiesta de la gran final se frenó por un jugador fuera de sus casillas.
La bronca es lamentable y le pega duro a una liga que quiere recuperar su nivel, pero que con este tipo de actos se complica la permanencia.
En los videos se ven niños y familias que huyen de las agresiones entre jugadores, cuyo resultado fue un lesionado de gravedad y un detenido.
Futbol de pedradas
El otro hecho vergonzoso fue en la Liga Municipal de Futbol de Río Grande, en la final de Segunda entre Santa Teresa y Pastelera, donde las porras chocaron con todo.
Después de un 4-4 en el terreno de juego, los insultos terminaron en pedradas, familias corriendo a resguardarse, vidrios rotos y correteadas entre ambos sectores de la afición.
Aunque no se sabe el saldo oficial de esta bronca, se habla de varios heridos, rencillas que resurgieron entre ambas comunidades y de la posibilidad de que el próximo partido sea de muy alto riesgo.
Sin posicionamiento
En ambos casos ni los responsables de la liga ni las autoridades correspondientes han condenado los hechos; sin embargo, debe haber sanciones severas.
En estos tiempos modernos donde el deporte se vuelve una válvula de escape a los problemas de la vida diaria, no se puede dar espacio a la violencia.
Ni aficionados ni mucho menos jugadores deben caer en provocaciones y detonar las agresiones. Una disculpa pública y el veto de los equipos agresores debería ser en automático.
Afición consciente
Anteriormente en este mismo espacio ya habíamos hablado de la violencia y de que los aficionados deberíamos ser más conscientes al momento de acudir a cualquier evento deportivo.
Nuevamente se manchó la pelota y nos queda reflexionar sobre nuestra responsabilidad y hacer un llamado a la pacificación de nuestros espacios deportivos.