El deporte que alienta la economía local
En los juegos locales de cualquier deporte siempre hay un señor o señora que está ahí para vender desde chicles hasta tortas o tostadas: ellos también son parte de una economía local.
Para ellos es importante que haya juegos de futbol, beisbol, voleibol, basquetbol o cualquier otro deporte en los campos o canchas públicos, pues de ahí obtienen un ingreso para sobrevivir.
Siempre que voy a un evento deportivo, sea amateur o profesional, busco probar lo que se ofrece a la venta, en cuanto a comida o bebidas; bien dicen que así es como se conoce un lugar.
Apoyo directo
En los grandes recintos deportivos hay cadenas de comida, vendedores que trabajan para alguna empresa grande, pero en el deporte llanero el apoyo es directo al vendedor.
Hay incluso icónicos personajes dedicados a la venta a lo largo de los campos, y son los aficionados o hasta los jugadores quienes los buscan para comprar lo que ofrecen, ya que muchas veces son ellos los que elaboran sus mercancías.
Y es que como en los grandes estadios, sentarse a ver un deporte siempre despierta un antojo de algo para comer o beber.
En el béisbol es casi una ley comprar semillas de calabaza o de girasol para mitigar el nerviosismo y la ansiedad provocada por lo que ocurre en el diamante.
La oferta es diversa y hay familias que desde hace varias generaciones siguen los partidos de futbol en las principales canchas, unidades deportivas y comunidades para ofrecer sus productos.
Como se dice en el barrio, echarse la mano vendiendo algo siempre ayuda.
Pausa obligada
Durante la pandemia, el deporte se paró por completo, y esta economía local fue de las que más sufrió.
Al cancelarse los partidos y cerrarse los espacios deportivos ya no tuvieron dónde vender, sus ingresos se vieron reducidos.
Con la recuperación paulatina de todas las actividades, regresaron a recorrer los campos en busca del sustento.
En alguna ocasión, platicando con un vendedor de churros en el Coloso de Tres Cruces, me comentó que la pandemia “fue recordar cuando se fue la Real Sociedad”.
Recordemos que cuando se acabó el futbol de la Primera A en Zacatecas, todos esos vendedores se quedaron sin un lugar seguro para tener ingresos.
Se tenían que ir a cazar otros espectáculos para poder vender o de plano dedicarse a otra cosa, porque ya no era redituable.
Ese pequeño o gran flujo de dinero en el deporte local también debe ser valorado. Por ello, cada vez que podamos, hay que consumir para que esa economía siga fluyendo. Se agradecerá por las familias.