ZACATECAS. A 109 años del comienzo de la batalla de Zacatecas, los estragos aún se hacen presentes a lo largo de la ciudad, que conserva en los muros de varios edificios los impactos de los proyectiles que trascienden a través de los años.
Marco Antonio Flores Zavala, docente e investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), afirmó que el 23 de junio no hay nada qué celebrar, por el derramamiento de sangre, y debe hacerse un llamado a la reflexión porque la violencia es un ámbito desatendido en la vida social, “porque quien no conoce su historia está condenado a repetirla”.
Agregó que esta lucha fue solo un acontecimiento que formó parte de la Revolución Mexicana, que influyó en la historia, pero no de manera total en la derrota del ejército federal y la consolidación del Ejército Constitucionalista.
Proyecto de conservación
Angélica María Medrano Enríquez, docente e Investigadora de la Unidad Académica de Historia de la UAZ, expuso que como parte de un proyecto de conservación de espacios bélicos históricos del estado y el país, en la capital de Zacatecas se encontraron lugares de defensa militar por parte de los federales, sobre todo espacios naturales utilizados como protección durante la lucha.
Afirmó que en edificios del Centro Histórico y en el observatorio del cerro de La Bufa permanecen impactos de proyectiles de las carabinas utilizadas durante las horas que duró el enfrentamiento y por tal motivo se busca su protección, pues forman parte del patrimonio histórico. A pesar del transcurrir de los años nos recuerdan el pasado y la importancia de Zacatecas en la Revolución.
Explicó que con base en las memorias de Felipe Ángeles se han realizado investigaciones en los cerros, donde estratégicamente fueron colocados los combatientes. A 109 años de la cruenta lucha todavía han encontrado casquillos, botones de los uniformes militares y restos de armas que fueron utilizadas en el enfrentamiento.
Explicó que los casquillos percutidos recuperados tienen el marcaje impreso en la base del castillo y gracias a eso se conoció la procedencia de la munición: España, Bélgica, Alemania y también de la fábrica nacional mexicana.
Medrano Enríquez agregó que el objetivo de este proyecto es conservar el patrimonio militar mexicano, porque en estos espacios se cuenta una historia y arqueología contemporánea, que dentro de la legislación mexicana no están protegidas.
Por tal motivo se presenta la destrucción de espacios bélicos, que a pesar de ser muy sangrientos forman parte de la historia mexicana.
Pormenorizó que desde el 2014, año en que inició la investigación, han recuperado artefactos históricos de la batalla, además del descubrimiento de lugares emblemáticos, como el cerro de Las Bolsas, en el que se estableció un grupo de soldados federales y al realizarse el proyecto del asta bandera fue destruido.