ZACATECAS. César Enrique Pineda Ramírez, docente en investigador de la Universidad Autónoma de México (UNAM), informó que la nueva modalidad de despojo es que las grandes empresas han terminado o modificado paulatinamente el ecosistema del país para extraer solo un producto.
Aseguró que a los grandes consorcios, ya sean nacionales o transnacionales, no les importa realizar un genocidio biológico para extraer el material metalúrgico o de hidrocarburos para generar riqueza al por mayor.
Precisó que en la actualidad lo que está en disputa es la naturaleza misma y sus bienes o como les gusta decir a las corporaciones y a los Estados, sus patrimonios, lo que planteó en varias de sus publicaciones es que “vivimos un nuevo régimen ecológico mundial, hay una fuerza muy importante empresarial corporativa que intenta llevarse y utilizar los recursos naturales”.
El académico explicó que lo que está en juego es quién decide sobre el planeta, además, cómo se organiza nuestra relación con la madre tierra, lo que se tiene que hacer para sobrevivir, la forma de consumir o desechar, porque ese modo de conflicto en que vivimos en los últimos tiempos no es solo problema por llevarse materiales o recursos, sino un cómo nos organizamos socialmente en torno a la naturaleza.
Pineda Ramírez expuso que al generarse conflictos con las empresas o industrias al llegar a una comunidad, éstas arriban con promesas de proyectos importantes de movilidad, de avance tecnológico y mejoras para los habitantes, pero que es un atractivo para que se acepten sus planes.
Dichos actos generan interés en los habitantes, pero al darse cuenta de la destrucción del ecosistema se generan los conflictos con los pobladores, que en ocasiones le conviene que sean violentos para despojar de sus pertenencias a las empresas.