Escuchar razones. Minería escasa y comprensión comunitaria
Ver el futuro comunitario. Xóchitl Gálvez no sabía de problemas con las mineras por algunas zonas de concesiones en comunidades ejidales y pueblos indígenas al ser titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, en entrevista con Los Periodistas dice: “que cosas puntuales sí las defendió y de las abstractas, a lo mejor -dice- no se enteró”.
Así de cínica, hay conflictos que no se resolvieron en el sexenio de Fox, denunciadas en ese año, pocos se resolvieron y algunos ocasionaron lances violentos, se pueden leer en el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL).
Este tipo de organizaciones que se presentan con fuertes cargas ideológicas contra el capitalismo, se han aprovechado de la falta de políticas de conciliación, pero sobre todo de la defensa de los recursos naturales de la nación, que debe tener claro que cualquier uso o extracción de ellos, requiere siempre la participación de las poblaciones para consensar los beneficios nacionales y locales; sin embargo, muy importante, la disminución de los impactos ambientales.
A partir del cambio a la Ley Minera en 1992, hubo gran apertura para las inversiones nacionales y extranjeras. Al principio, existió un fuerte interés por obtener concesiones mineras de gran extensión por ciertas ventajas en el costo de las concesiones. Posteriormente, a mediados del sexenio panista de Fox con los cambios en el personal de autoridades ambientales, no se atendieron técnicamente las autorizaciones ambientales, con fuertes deficiencias en ellas.
Las académicas Gisela Zaremberg (FLACSO México) y Valeria Guarneros-Meza (De Montfort University), señalan que, en un lapso de 23 años, el gobierno mexicano ha entregado 25 por ciento del territorio nacional a empresas mineras, por prácticamente nada a cambio. De acuerdo con datos oficiales, entre 1988 y 2016 se han concesionado 100 millones de hectáreas para esta actividad. En cuanto al origen de los inversionistas, 70 por ciento son compañías extranjeras y 30 por ciento corresponde a empresarios mexicanos asociados en muchos casos con alguna transnacional.
El dato de hectáreas en concesión, sin saber sí tiene rigor de investigación, es alto. Al presidente, le han dado la cifra de 225 millones 939 mil 81 hectáreas, no sabemos quién, porqué el Servicio Geológico Mexicano en su edición de 2020 señala: “A diciembre de 2019, existen 24 mil 066 concesiones mineras que representan un área de aproximadamente 16 millones 83 mil de hectáreas, equivalentes al 8.59 por ciento del territorio nacional”.
Sabemos que las compañías mineras redujeron fuertemente sus áreas de concesión por resultado de exploración y para disminuir costos del precio de hectáreas concesionadas.
Hay que tomar en cuenta que, en sexenios anteriores, se sabe de los beneficios fiscales que negociaron con Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto.
Tenemos conocimiento que pocas empresas se dieron cuenta del problema que se podría venir por esa razón y las empresas como Peñoles – Fresnillo, empezó a realizar los pagos tributarios correctos. Casos azarosos, los tenemos como el de Alonso Ancira, ex director de Altos Hornos de México y el escándalo por el caso “Agronitrogenados”.
Con la llegada del actual gobierno, la recuperación de adeudos fiscales a las grandes empresas, fue notable.
La defensa de la minería por allegados en asociaciones profesionistas, no tienen reflexiones sociales sobre problemas violentos con comunidades. El enfoque se siente en la búsqueda de la complacencia de los empresarios, sin saber el daño que les hacen a las compañías, pero principalmente a la sociedad mexicana.
La propuesta de la Ley de Minería en 2023, es consecuencia de los factores expuestos anteriormente ante la indiferencia y oídos sordos a la problemática social que se estaba generando bajo la protección de los gobiernos de derecha, que sin conciencia de que cada vez se podría empeorar la relación con la población.
Existe carencia de profesionales conscientes para conciliar, discutir, presentar propuestas equitativas que beneficien a las comunidades.
La minería es indispensable, lo veremos.
Planeación, planeación. Sí usted revisa las columnas del año pasado, el anterior y más atrás, los funcionarios del agua, siempre se quejan de estiaje por las temperaturas de la temporada.
Seguirán así. Sin planeación correcta en el uso del agua y captación del líquido en las cuencas con proyectos de restauración de las mismas. Hacerlo, es de largo alcance, además requiere innovación como lo que realizó Claudia Sheinbaum en captación de agua en viviendas de la CDMX.