Sobre las batallas en Zacatecas
Antes de avanzar, batalla y toma no son lo mismo. La segunda es una acción incluida en la primera. Va texto: la ciudad de Zacatecas soportó varios ataques militares en los siglos 19 y 20. En la mayoría de las ocupaciones hubo violencia, en otras se prepararon ceremonias para simular la acción.
Cito dos referencias sobre el enunciado anterior. El 6 de febrero de 1864, los contingentes franceses y colaboracionistas ocuparon Zacatecas. Antes de arribar atacaron comunidades de la ruta Ciudad de México a acá. Lo hicieron para subordinarlas a su dominio. La ausencia de enfrentamiento en la capital del país se debió a la retirada de los republicanos juaristas armados y prosélitos. Una toma violenta ocurrió en enero de 1867, entonces Miguel Miramón acudió a atacar, lo hizo para desplazar a los republicanos que gobernaban y procurar aprehender al presidente Benito Juárez, avecindado en palacio de gobierno. Para triunfar, debieron ingresar con sigilo por los cerros próximos a La Bufa, durante la madrugada del 27 de enero. Hubo harto balazo en la Plaza de Armas.
En el escenario de la Revolución Mexicana, la bizarra capital de mi estado fue atacada tres veces. La primera sucedió el domingo de ramos de 1911. El contingente dirigido por José Luis Moya Regis pasó por la vieja ciudad. La acción hizo que entonces designaran a los defensores legales como hombres bizarros –he allí el origen de la palabra velardeana-. El relativo triunfo maderista provocó que Zacatecas entrara en las negociaciones de Ciudad Juárez y el gobierno estatal fuera sustituido por un representante civil de la revolución.
La siguiente acción, esta vez sí con ocupación, destrucción y violencia fue en junio de 1913. Entonces el dirigente armado era Pánfilo Natera. Su entrada fue guerrillera, lo hizo por las vías cotidianas de acceso; se hizo sorprendiendo, aunque había información de que ocurriría. La respuesta federal fue la sustitución del gobernador, entonces llegaron los militares enviados desde la Ciudad de México y legitimados por el Congreso local.
La ocupación de junio de 1914 fue indicada por Venustiano Carranza. Le ordenó a Natera, entonces asentado con gobierno provisional revolucionario en Sombrerete. A él lo apoyarían contingentes de Durango y parte de la División del Norte. La acción acontecería en el conjunto de enfrentamientos constitucionalistas contra las fuerzas huertistas asentadas en el centro-norte del país. Sin embargo, la dirección de la División del Norte entendió que dejar a otros lo de Zacatecas los dejaría solos en el vasto estado de Chihuahua. Eso generó que decidieran, en oposición al primer jefe constitucionalista, venir a la región.
El gobierno de Victoriano Huerta debía defender la plaza por ser un punto de contención contra los del Norte, y porque era un lugar propio, tanto como estaba defendiendo el territorio ante los embates estadounidenses.
La batalla de junio de 1914 inició el día 10. El acontecimiento no es el enfrentamiento de un día y de un solo hombre, o de dos monumentos. Es una acción política que contradijo la autoridad de Carranza y procuró que su proyecto fuese tan revolucionario como el de otros, inmersos en la Revolución.
La entidad era gobernada por el zacatecano Luis Medina Barrón, un jerezano casado, designado por el gobierno huertista desde el 19 de febrero del multicitado año.
El 23 de junio hubo enfrentamiento total. Los ganadores fueron los disidentes del constitucionalismo, quienes entregaron la plaza a quienes eran los rebeldes de la región: los de la División del Centro, los hombres de Natera. Se desplazó del centro del país al huertismo y profundizó las diferencias entre los proyectos revolucionarios.