El dulce placer de escuchar música en la era digital
¿Has visto alguna vez aquel afamado meme que muestra la evolución de los reproductores de música? Sí, ese que a partir de los dispositivos que hemos utilizado a lo largo de la historia, para hacer llegar hasta nuestros oídos este bello arte, ilustra con peculiar estilo cómo pasamos de los reproductores más elementales al streaming de la era digital.
Cuenta la leyenda urbana que el primer aparato que permitió al homo sapiens escuchar música fue el fonógrafo, un invento de Tomás Alva Edison (norteamericano) que data más o menos de 1877, posteriormente vino el gramófono en 1888 atribuido a Emilio Berliner (germano-estadounidense), al igual que el disco plano. Después aparecería el tocadiscos, ese que funcionaba reproduciendo discos de acetato o vinilos, mismos que hoy, con la tendencia hacia la nostalgia por el pasado o lo retro -diría una de mis alumnas maestrantes- volvieron a utilizarse en los antros por los DJ y son consumidos, no tanto por las generaciones adultas, como, increíblemente, por los más jóvenes.
Posteriormente se inventó el cassette en 1963, que impactó con su bajo consumo de energía y a partir de él fue posible la llegada del walkman (reproductor de cassettes) en 1979 (tuve dos, uno fue obsequio de mi hermano, por cierto). En 1990 apareció el CD Compact Disc o disco compacto, para el cual llegó el discman, esto es, el reproductor de CDs. En 1992, salió al mercado el mini disk con su respectivo reproductor, con lo cual ya se ingresaba a un formato de grabación y reproducción de audio digital de excelente calidad. Su pecado: el alto precio en el mercado, que limitó su tiempo de permanencia en este. (Christian, 2019)
1995 marcó definitivamente un viaje sin retorno hacia el audio digital con el nacimiento del formato MP3, que, al ser comprimido, posibilita grabar o introducir sonido en una memoria interna de tamaño pequeño; a raíz de ello, nació el iPod fabricado por la marca Apple. Más tarde, vería la luz el MP4, que además de música, también se podía introducir y reproducir vídeo e imágenes. (Christian, 2019)
En 2023, la omnipresencia del celular inteligente pareciera estar dejando atrás toda una historia de dispositivos reproductores de canciones, hoy solamente se requiere estar conectado a Internet y descargar una aplicación para disfrutar de toda la música del mundo que sea de nuestra preferencia.
Con base en los datos publicados por el estudio ‘Engaging with music 2021’ de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (lFPI, por sus siglas en inglés) que recogió información de 21 países, los cuales representaron el 91 por ciento de los ingresos del mercado mundial de música grabada en 2020, en promedio, las personas pasaron 18.4 horas semanales escuchando música en 2021, que equivale a reproducir hasta el final 368 canciones de tres minutos de duración (www.eltiempo.com).
Las plataformas de streaming de audio como Spotify Premium o Apple Music van ganando cada vez más suscriptores, ya que no solamente ofrecen música, sino también otro tipo de contenidos como podcasts, lo cual representa un valor agregado que es aquilatado por los usuarios. Alrededor de tres de cada cuatro personas (78 por ciento) dijeron que escuchan música mediante estas plataformas, tanto de paga como basadas en anuncios. (www.eltiempo.com)
Otro dato importante es que las personas prefieren este tipo de plataformas porque, entre otras cosas, pueden crear sus propias listas de reproducción y es así, aunque si nos descuidamos, podemos pasar días enteros escuchando las mismas canciones, como cierto primo de un amigo.
El estudio refiere que ahora es posible acceder a millones de canciones en todos los géneros e idiomas con solo deslizar el dedo en un celular inteligente. Las formas de escuchar música más populares en 2021 fueron mediante suscripción a servicios de streaming de audio (23 por ciento), streaming de video (22 por ciento), en la radio (16 por ciento) y aplicaciones de formato de video de corta duración (11 por ciento), según refiere la misma fuente.
Entonces, ¿eres de los que llevan la música por dentro o tienes suscripción de Spotify?