ZACATECAS. Esmeralda Ochoa Vázquez, artista conocida por trabajar la alfarería en miniatura, quien recientemente recibió el 46 Premio Nacional de la Cerámica, puso en alto el nombre del estado al ser la primera zacatecana en obtenerlo.
Su interés por la escultura en miniatura nació a muy temprana edad, pues desde niña creaba figuras pequeñas de plastilina, después conoció otros materiales como la pasta de migajón y la francesa.
La artista cursó su primera licenciatura en Antropología, con especialidad en arqueología, de 2003 a 2008; posteriormente estudió la carrera de Artes Visuales en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), del año 2017 al 2021.
Más tarde, Mónica Velásquez de Roque la invitó a trabajar en el taller de su familia, los Roque, quienes son alfareros desde hace tres generaciones; le enseñaron a manejar el barro.
Después ella exploró y experimentó por su cuenta sobre las técnicas y materiales, además de llevar talleres con las ceramistas Karina Luna y Floricia Calderón.
Premios
Esmeralda ganó su primer premio en 2016, fue el estatal de Arte Popular, en el que obtuvo el primer lugar en la categoría de miniatura con la pieza Fábrica de juguetes; obtuvo el mismo resultado en 2019, y 2022, mientras que en 2021 obtuvo el segundo sitio.
En 2017 obtuvo el primer lugar en el concurso En busca de la vasija y el jarrón del Zacatecas artesanal, categoría de miniatura. Mientras que en 2018 obtuvo el segundo puesto en el concurso estatal de Alfarería y cerámica, en la categoría de Alfarería decorativa.
La lista de triunfos continuó en 2019, cuando logró dos terceros lugares: en el Concurso Nacional del juguete popular Mexicano y en el Gran Premio Nacional de arte popular.
Más tarde, en 2020, siguieron los reconocimientos con el galardón a la mejor pieza del Concurso Estatal de Arte Popular, tercer lugar en el Gran Premio Nacional de Arte Popular y el segundo lugar en Nacional de Nacimientos Mexicanos.
Para ese mismo año, obtuvo el primer lugar en la categoría de Alfarería y cerámica, en la primera edición del concurso estatal de innovación artesanal.
La pieza que le valió el premio nacional de la cerámica 2023 se titula Un día para recordar. Tradiciones de mi pueblo, en la que Esmeralda explica su primera iglesia que hace de forma más minuciosa, ya que está hueca por dentro y se pueden apreciar detalles como banquitas, el altar y gente adentro.
La técnica
Acerca de su manera de trabajo y técnica la artista mencionó: «primero hago plaquitas de barro y de ahí voy cortando las piezas para cada cosa. Para las personas y animalitos, se hace una mezcla de barro un poco líquido y se trabajan de a gotita con un pincel súper delgadito”.
Esta técnica descrita por la artista es conocida como gotitas, idea de un maestro artesano de Guanajuato.
Al continuar sobre su sistema de trabajo, agregó: “una vez que termino la pieza de barro, la paso a un proceso de cocción en horno y después se pinta. Aunque en alguna uso un engobe, que es pintura natural, que se aplica antes de la cocción”.
Antes de todo esto, “hago bocetos a lápiz y me pongo a escribir ideas. Después hago la idea de la pieza en plastilina, para poder ver tamaños y espacios».
Fuentes de inspiración
Esmeralda también mencionó que su mayor inspiración a la hora de crear sus artesanías son «nuestras tradiciones, patrimonio, el colorido y la alegría de México”.
Parte de su fuente de inspiración nació de sus estudios en arqueología “estudiábamos la cerámica de los antepasados, estuve trabajando tres años en La Quemada”.
Explicó que durante un tiempo “analizando la cerámica que sacamos en las excavaciones, me llamaba mucho la atención ver los diseños, las formas y los acabados.
“Entonces ahora mezclo todo esto que me gusta, creando obras miniatura con diseños únicos. Además de que me encanta nuestra cultura, tradiciones, colores, alegría. Todo esto lo plasmo en las obras”, relató Esmeralda.